Hay pocas cosas más desagradables que despertarte en mitad de la noche con muchas ganas de hacer pis y tener que levantarte al baño. El cuerpo está programado para orinar más durante el día que durante la noche, pero, a veces, puede producirse una desregulación que es señal de una enfermedad más importante. La cantidad de agua que bebemos durante la jornada es uno de los indicadores que pueden revelar la cantidad de veces que vamos al baño durante la noche. Una costumbre muy común es tomarse un té caliente o un vaso de leche antes de dormir y, en ese caso, entra dentro de la normalidad despertarnos en mitad de la noche. Entonces, ¿cuándo tenemos que empezar a preocuparnos?
Si llevamos una vida sana, bebemos 2 litros de agua durante el día y no tomamos ningún diurético antes de dormir, no deberíamos levantarnos en mitad de la noche. Si nos pasa, puede que estemos sufriendo nocturnia qué es la interrupción del sueño principal una o más veces por la necesidad de micción. No se trata de una enfermedad como tal sino de un complejo síntoma en el que intervienen “dos mecanismos fisiopatológicos causales principalmente, que ocurren solos o en combinación: poliuria nocturna o disminución de la capacidad vesical”, explica un estudio publicado en la revista Medicina de Familia. En personas mayores de 70 años se trata de una cuestión fisiológica y es que el propio envejecimiento lleva a la pérdida del ritmo circadiano que es, en parte, el que regula que la necesidad de ir al baño sea mayor por el día que por la noche. en este caso se trata de algo hormonal y no se considera una patología.
El doctor Alejandro Mercado, urólogo de la clínica Las Condes, estima que lo normal es ir “6 o 7 veces durante el día y desde que se va a dormir, una vez. despertarse por la necesidad de orinar muchas veces cada noche es señal de un problema”. No obstante, la normalidad en este caso depende de cómo se siente la persona. “Puede ir 10 veces al día y sentirse bien, hay gente que consume café o mucho líquido. Así que más que un número específico lo que define la normalidad es cómo se siente. Si se siente afectado es bueno que consulte”, sostiene.
Una de las causas más comunes, más allá de la edad, son los problemas circulatorios, o lo que comúnmente conocemos como retención de líquidos. El agua no pasa por los riñones y durante la noche cuando esté agua se reabsorbe, el riñón los filtra y nos entran ganas de ir al baño. También es común entre los diabéticos que están sin tratar, personas con insuficiencia cardiaca, con infecciones recurrentes del tracto urinario, inflamación de vejiga obstrucción o vejiga hiperactiva, cáncer de vejiga o hiperplasia benigna de próstata, común entre los hombres.
Dependiendo de cuál sea la causa, el tratamiento será uno u otro. Las pautas médicas generales hablan de restringir la ingesta de líquidos después de las seis de la tarde, eliminar el consumo de alcohol y cafeína, ajustar los horarios de ingesta de diuréticos, elevar las piernas por el día o usar medias de compresión si existe retención y, en los casos indicados por un experto, utilizar anticolinérgicos para reducir las contracciones involuntarias de la vejiga.