¿Cómo saber si me he intoxicado por setas venenosas? Conocer los síntomas te puede salvar la vida
De las 1.500 setas que crecen en España, entre 50 y 70 especies pueden ser tóxicas e incluso mortales y algunas de ellas se parecen demasiado a las comestibles
Los expertos avisan de que ante la mínima duda de haberse comido una seta venenosa hay que acudir urgentemente a un hospital
¿Qué setas son comestibles y cómo se deben recolectar?
Con las lluvias de octubre, en los bosques y pinares comienza a crecer la enorme variedad de setas, 1.500 especies, con la que contamos en nuestro país. Muchas de ellas se pueden consumir y están deliciosas. Otras, en cambio, independientemente de su sabor, son tan tóxicas que provocan las peores consecuencias. En Uppers hemos consultado a los expertos cómo saber si me he intoxicado por setas venenosas.
Cada año sigue habiendo casos de personas que han cogido setas en el monte sin conocimiento y después han consumido incluso aquellas que son mortales. Tanto el sector médico como el de la micología insisten en el peligro de tomárselo a la ligera, sobre todo porque es fácil confundir las especies comestibles con las que no lo son. También recuerdan la importancia de actuar rápido cuando llegue el caso de modo que si se cree que se ha comido un ejemplar tóxico se pueda suministrar el tratamiento cuanto antes.
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“Ante la sospecha de haber comido setas venenosas, es crucial ir a urgencias, aunque no haya aparecido ningún síntoma”, afirma el doctor Emilio Salgado, responsable de Toxicología Clínica del Área de Urgencias del Hospital Clínic de Barcelona en una publicación del centro médico. Por su parte, desde la Consejería de Sanidad de Madrid apuntan que cada año se registran entre 200 y 400 casos de intoxicación que precisan tratamiento hospitalario y, por ello, han elaborado una guía de actuación.
De las 1.500 especies de hongos que existen en España, entre 50 y 70 pueden ser tóxicos y algunos incluso mortales. Los síntomas ante los que hay que acudir al hospital urgentemente son los dolores de estómago, la diarrea, los vómitos e incluso delirios. Las setas generan síndromes gastrointestinales, alérgicos o neurológicos. El problema es que las variedades más peligrosas para el organismo son aquellas donde los síntomas dan la cara cuando ya es demasiado tarde con síndromes hepatotóxicos (daño hepático), nefrotóxicos (lesión renal) o eritomerálgicos (vasodilatación repentina de las arterias pequeñas de los pies y las manos o de la cara). Así los expertos las clasifican en dos tipos:
Síntomas tempranos
Hay setas venenosas que generan una intoxicación tras un periodo de incubación corto con síntomas que se presentan antes de que se cumplan seis horas después de la ingesta. El cuadro es gastrointestinal con náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal o mareos. Un ejemplo de este tipo es el fredolic bord o Tricholoma pardinum que se confunde con otras especies del mismo género Tricholoma y sí son comestibles.
Otros hongos también pueden provocar, a los 30 minutos de haberlos consumido, efectos delirantes y alteraciones neurológicas como euforia, alucinaciones, agitación e incluso espasmos musculares que alteran el ritmo cardíaco y la presión arterial junto a los síntomas gastrointestinales.
En el caso de las especies que contienen una sustancia tóxica llamada muscarina enseguida se presenta sudoración, lagrimeo, bradicardia y salivación excesiva junto a los vómitos, el dolor abdominal o la diarrea. Por otra parte, cuando se consume alcohol entre cuatro horas antes y tres días después de ingerir la corpinus, la coprinus y la claviceps, la metabolización conjunta puede provocar palpitaciones, sequedad en la boca, arritmias e hipertensión y derivar en un síndrome cardiovascular.
Síntomas tardíos
El segundo tipo de setas en esta clasificación son las que generan una intoxicación tras un periodo de incubación largo. Son las realmente peligrosas dando lugar a un síndrome hepatotóxico que puede dañar gravemente el hígado y es el responsable de más del 90% de las muertes por consumo de setas según la Consejería de Sanidad de Madrid. Es el caso de algunas amanitas como la amanita phalloides (oronja verde o cicuta verde), la amanita virosa o la amanita verna.
También sucede con la lepiota que igualmente se confunde con otras especies no tóxicas. Los síntomas aparecen pasadas las 6 u 8 horas con una gastroenteritis muy aguda después de un periodo inicial de latencia de la intoxicación. Emilio Salgado detalla que “las toxinas empiezan a dañar el hígado de tal manera que se puede llegar a necesitar un trasplante en cuestión de días”. Esta es la razón de la premura a la hora de ir a un hospital ante cualquier sospecha.
“Cuanto más tarda en aparecer la sintomatología, peor”, subraya Salgado. Primero aparecen vómitos, mareos y diarreas, se llega a producir un descenso pronunciado del azúcar en sangre, después se presenta una mejoría aparente, pero tras varios días se llega a desarrollar insuficiencia hepática y en ocasiones renal. También sucede que se ingieren diversas especias de setas a la vez. Esto aumenta la confusión a la hora de nombrarlas una vez se llega al hospital y se pretende iniciar el tratamiento para remitir los efectos y evitar los daños en el hígado o en los riñones.