¿Qué es el hipo, por qué se produce y cómo podemos quitarlo fácilmente?

El hipo es un movimiento involuntario del diafragma, el músculo que se emplea para respirar, que se contrae de forma súbita en medio de una respiración normal. Estos espasmos van seguidos de un cierre de las cuerdas vocales, que da lugar al sonido particular que todos conocemos. Lo más común es que el hipo dure unos minutos, pero puede suceder que se alargue días o semanas. Esto no es muy frecuente y, normalmente, es signo de otro problema de salud.

Según la Sociedad Americana contra el Cáncer, otras causas del hipo pueden ser comer demasiado rápido o en exceso, estar nervioso, tener el estómago irritado o padecer de neumonía. También puede producirse por problemas del esófago, por consumir alimentos picantes y por haber sufrido de accidente cerebrovascular o un tumor que afecte al cerebro. Aunque en ocasiones es posible que no exista una causa clara para el hipo.

Causas del hipo

Pese a que no se sabe con certeza cuáles son las causas del hipo, los expertos creen que, en algunas ocasiones, puede venir provocado por una hinchazón gástrica, un elevado consumo de alcohol, la ingesta de ciertas sustancias irritantes, el estrés, la exaltación, el nerviosismo o vivir periodos de tiempo de continua ansiedad… Y, todo ello, provocaría el descenso de los niveles de dióxido de carbono en sangre es lo que hace que se produzca el hipo.

Algunas otras causas probables del hipo también pueden ser:

  • Comer demasiado o muy rápido
  • Consumir bebidas carbonatadas
  • Tener el diafragma irritado
  • Sufrir de alguna alteración en el estómago
  • Consumir en exceso alimentos demasiado condimentados o picantes
  • Haber estado sometido a cirugías estomacales
  • Tener problemas en el esófago…

El hipo suele ser un trastorno pasajero y, dentro de sus molestias, benigno. Por norma general suele durar desde unos minutos hasta 48 horas y, en los casos más persistentes, hasta un mes. Pero, si pasados unos días el hipo continua, es imprescindible acudir al médico para que valore la gravedad, ya que si se diagnostica como rebelde, es necesario hacer estudios y pruebas para determinar cuáles son las causas y evitar males mayores.

Aun así, y en raras ocasiones, cuando se producen episodios persistentes puede ser motivo de complicaciones más importantes, como consecuencia de un tumor cerebral o un accidente cerebrovascular. Por ello, de nuevo, repetimos la importancia de acudir al médico especialista para poder hacer los diagnósticos pertinentes y tomar las medidas necesarias en cada caso.

¿Cómo se quita?

La Sociedad Española de Médico Generales y de Familia (SEMG) cita varios remedios caseros que se emplean comúnmente con resultados positivos:

  • Respirar dentro de una bolsa de papel.
  • Flexionar las rodillas sobre el tórax.
  • Beber un vaso de agua fría o chupar un cubo de hielo, ya que estimula los nervios del tórax.
  • Aguantar la respiración lo máximo que consiga o respirar dentro de una bolsa de papel, ya que aumenta los niveles de CO2 en la sangre y estimula el sistema nervioso.
  • Respirar profunda y lentamente, para estirar el diafragma y los músculos de la respiración.
  • Asustarse o reírse bastante, porque libera adrenalina que interfiere en el funcionamiento cerebral y estimula los nervios musculares.
  • Beber un poco de agua con el cuerpo inclinado hacia delante o hacia abajo, ya que esto relaja el diafragma.
  • Taparse la nariz y hacer fuerza para soltar el aire contrayendo el tórax, llamada de maniobra de Valsalva, que es otra forma de estimular los nervios del tórax.
  • Comer una cucharada de azúcar, miel, limón, jengibre o vinagre, ya que son sustancias que estimulan las papilas gustativas, sobrecargan los nervios de la boca y ocupan el cerebro con otros estímulos, haciendo relajar el diafragma.
  • Colocarse una compresa fría en la cara, para ayudar a controlar a respiración.
  • Simular un estornudo, ya que esto ayuda al diafragma a que regrese a funcionar de manera adecuada.
  • Ingerir una rodaja de limón o una cucharada de vinagre. Comer una rodaja de limón o una cuchara de vinagre hará que nuestras papilas gustativas se centren en la acidez de estos alimentos y nuestra mente se olvide del hipo.
  • Tapar los oídos. Este truco viene abalado por dos investigadores británicos. Si nos tapamos los oídos mientras bebemos agua con la ayuda de una pajita conseguiremos acabar con el hipo. Ello en parte se debe a que cuando el nervio vago del canal auditivo se tapona, el cuerpo entra en alerta y envía la señal al diafragma para que el hipo desaparezca.
  • Miel. Una cucharada de miel calmará el nervio que desata el hipo.
  • Manzanilla. Es un gran relajante que nos ayudará a calmar el diafragma.