Ácido glicólico: ¿para qué sirve y cómo ayuda contra las arrugas?
El ácido glicólico es empleado por los dermatólogos para el peeling químico, la eliminación de las manchas, atenuar las arrugas y favorecer la luminosidad del rostro
Los fabricantes de cosmética han trasladado los ‘poderes’ del ácido glicólico a tónicos, toallitas, discos, sérums y cremas para su utilización en casa
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Después de este verano tan abrasador el calor del sol probablemente haya hecho estragos en la piel del rostro, del cuello y del escote. Es el momento de tratar esa piel frente al otoño para rejuvenecerla porque va a necesitar recuperar la hidratación, la elasticidad, la flexibilidad, la luminosidad y la resistencia que ha perdido. Un compuesto que recomiendan los dermatólogos es el ácido glicólico y desde Uppers vamos a explicar qué es el ácido glicólico y para qué sirve.
El ácido glicólico es un alfa hidroxiácido (AHA) que se extrae, principalmente, de frutas y de vegetales como la caña de azúcar, la uva, la piña, la fruta de la pasión, la remolacha o la alcachofa. Los alfa hidroxiácidos son unas moléculas hidrosolubles que ayudan a exfoliar la piel porque son ácidos de cadena molecular más pequeña, lo que posibilita que penetren en los estratos más profundos con mayor rapidez. Por este motivo, el ácido glicólico se emplea en tratamientos de peeling y de exfoliaciones químicas con las que eliminar las células muertas. Es el primer paso para combatir las pequeñas arrugas, las manchas o la falta de luminosidad al igual que para recuperar la piel dañada por el sol.
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Cómo reacciona la piel tras exfoliarse con ácido glicólico
Estos tratamientos exfoliantes a partir de compuestos con ácido glicólico estimulan la regeneración celular, que es capaz de aportar equilibrio a las distintas capas de la piel, lo que facilita que se regule la producción de grasa. De este modo, ayuda a afinar los poros y evita la aparición de puntos negros. La regulación celular ayuda a combatir las pequeñas arrugas poco profundas, gracias a que la piel recupera su elasticidad y mantiene su hidratación rellenándolas. En definitiva, todo ello es lo que consigue devolver la luminosidad a la piel.
Con el paso de los años la cosmética de uso diario ha ido introduciendo el ácido glicólico en sus formulaciones, un compuesto que ya empezaron a utilizar los profesionales de la dermatología en sus centros hacia los años noventa. La concentración de este ácido, dependiendo del producto concreto, oscila entre el 4% y el 20%, con la finalidad de obtener diversos beneficios. En bajas concentraciones el compuesto se emplea en exfoliaciones muy ligeras. A medida que aumentan esas concentraciones están indicados para tratamientos más intensos como los de despigmentación, los destinados a tratar arrugas e incluso los que actúan directamente sobre el acné.
Cómo usar en casa los cosméticos con ácido glicólico
De la misma forma que otras formulaciones, los cosméticos que incorporan ácido glicólico deben aplicarse en casa bajo unas indicaciones. Tal como explican los dermatólogos, en primer lugar, no se deben combinar con otros productos cuyos ingredientes resulten agresivos ni con otros ácidos, sobre todo si la piel es sensible, ya que podría generar un efecto no deseado como una deshidratación profunda que reseca en exceso. En segundo lugar, lo más idóneo es emplear el ácido glicólico tras realizar una limpieza facial en profundidad para que todas sus propiedades actúen. En tercer lugar, lo habitual es que en las primeras aplicaciones de cremas o fluidos con ácido glicólico se perciba un ligero calor o una sensación de picor o escozor al igual que a los pocos días se note que la piel se pela… el producto está actuando y genera esas sensaciones. Se consigue que se desprendan las células muertas dejando paso a nuevas capas celulares. En último lugar, cuanta mayor concentración de ácido glicólico tenga la crema más eficacia. Sin embargo, según recomiendan los especialistas es necesario comenzar con dosis bajas de concentración para evitar irritaciones no deseadas. Lo aconsejable es aplicar estos cosméticos a un 4% o a un 8% de ácido glicólico en pequeñas dosis, empezando por dos días por semana y después pasar a tres días. Se trata de aumentar muy paulatinamente las concentraciones con el fin de acostumbrar la piel y tratarla de forma más intensiva, pero sin dañarla.
Una vez comprobado que la piel reacciona de forma positiva se podrían incorporar los cosméticos con ácido glicólico a la rutina facial de las mañanas. Sin embargo, aquí hay un condicionante: es indispensable aplicar a continuación un protector solar en rostro, cuello y escote para proteger de los efectos que provoca el ácido glicólico. La razón está en que la eliminación de las células muertas de la superficie de la piel que favorece este ácido también conlleva la disminución de la protección natural de su barrera lipídica por lo que queda más expuesta a los daños externos.
Cosméticos con ácido glicólico
El ácido glicólico por ejemplo se comercializa al 10% en ampollas que tienen un efecto peeling para eliminar las células muertas y dar luminosidad a la piel, suavizar las líneas de expresión y disminuir las manchas superficiales. Además está disponible en toallitas, discos o en tónico para realizar una suave limpieza y exfoliación con ingredientes con efecto tensor o aloe vera para calmar las rojeces. Incluso en el mercado hay sérums para la noche con una concentración al 15% de ácido glicólico para realizar un peeling despigmentante que proporciona un efecto iluminador y combate los síntomas del estrés. También para la noche las marcas cuentan con cremas correctoras de manchas que equilibran el tono de las zonas más apagadas.