A lo largo del día el organismo pierde agua por la orina a través de los riñones y en forma de sudor por la piel. La recupera con la ingesta de líquidos y de alimentos y gracias a la producción metabólica de agua. Tras dormir el cuerpo ha estado unas ocho horas sin ingerir nada y lo que muchos expertos recomiendan es beber agua antes de desayunar. En Uppers hemos consultado cuáles son los beneficios de beber agua en ayunas.
La clave de todo esto es conseguir un balance hídrico entre esas pérdidas de agua y su ingesta que además se va regulando a lo largo de las 24 horas del día. Es importante que en cada persona no se cumplen las mismas normas porque influye la edad, el género, la dieta, el nivel de actividad, la temperatura, las condiciones ambientales e incluso la ropa. Tanto el déficit como el exceso de agua generan cambios para compensar la situación y reestablecer el balance hídrico, que se traducen en la necesidad de beber o en el volumen de la orina expulsado.
Al levantarse, muchas personas tienen sed y se beben dos vasos de agua seguidos. A otras no les apetece beber absolutamente nada. Los nutricionistas apuntan que los beneficios de tomar agua en ayunas son muchos de modo que es una sana costumbre fácil de incorporar a la rutina de las mañanas. Apuntan que lo recomendable es dejar pasar más de diez minutos tras ingerir líquido y después sentarse a desayunar.
Estos son los beneficios de beber agua en ayunas:
En aquellas personas con un peso corporal no saludable y que se propongan bajar kilos se aconseja alimentarse de forma sana, hacer ejercicio de forma habitual y acostumbrarse a beber una cantidad suficiente de agua, alrededor de los dos litros al día. Empezar con el hábito de beber agua en ayunas ayuda a depurar el organismo a través de la eliminación de toxinas por la orina y el sudor, también ayuda a quemar la grasa, favorece el tránsito intestinal y aumenta la sensación de saciedad. Al beber un vaso de agua por la mañana, antes de la ducha, se llega al desayuno sin esa ansiedad que provoca la eliminación de la dieta de los alimentos poco recomendables cargados de azúcares añadidos y grasas saturadas, hidrogenadas y trans.
La EFSA, la máxima Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, ya publicó en 2010 la cantidad de agua que debía ingerir una persona cada día en su Panel sobre Productos Dietéticos, Nutrición y Alergias. Sus recomendaciones parten de que se cumplan unos mínimos en cuanto a unos valores de referencia para que la ingesta total de agua sea la adecuada como una temperatura ambiental moderada y unos niveles moderados de actividad física.
De este modo, la EFSA puntualizó que los hombres entre 19 y 70 años deben beber 2,5 litros de agua al día; las mujeres en ese mismo rango de edad 2 litros; las mujeres embarazadas 2,3 litros; y las mujeres lactantes 2,7 litros diarios.
Otra puntualización de los expertos es que la ingesta de agua también proviene de otras fuentes que además están cargadas de nutrientes como verduras, hortalizas y frutas, ya que más del 80% de su composición es agua. Lo que no es un sustitutivo del agua son las bebidas azucaradas o edulcoradas que lo único que aportan son azúcares añadidos y químicos sin beneficios para el organismo.