Todos sabemos lo beneficioso que es para nuestra salud incluir frutas en nuestra dieta diaria. Aportan un alto contenido de nutrientes energéticos, hidratos de carbono, grasas saludables, vitaminas, minerales, proteínas y fibras que favorecen nuestro sistema inmunitario y previenen la aparición de problemas de salud graves. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que consumamos cinco porciones de 80 gramos de fruta al día, aunque la cantidad óptima dependerá de diversos factores, entre ellos la edad, el sexo o el nivel de actividad física.
Sin embargo, no todas las frutas están compuestas de los mismos nutrientes ni en cantidades iguales, por lo que algunas nos aportan más beneficios que otras. En ese sentido, hay una que desde el punto de vista nutricional destaca por encima de todas: la pitaya, o fruta del dragón. Su sabor dulce y agradable ha conquistado numerosos paladares y la ha popularizado en supermercados y fruterías, pero es que además es rica en vitamina C, calcio, hierro y fósforo, entre otros nutrientes. Una de sus propiedades más destacadas es su acción antiinflamatoria y antioxidante, por todo ello la OMS recomienda su consumo.
Entre los muchos beneficios de la pitaya está evitar la anemia, ya que “sus compuestos favorecen la absorción de hierro por parte del organismo”. Además, mantiene a raya el azúcar en la sangre, porque es rica en betalaína, una molécula con propiedades antioxidantes, según el portal portugués de salud, nutrición y bienestar ‘Tua Saúde’. Esta fruta absorbe los derivados de la glucosa y evita que lleguen a la sangre.
Se trata de un alimento rico en fibras, que hacen que la absorción de los carbohidratos a nivel intestinal sea más lenta y la glucosa vaya aumentando progresivamente en la sangre, permitiendo que la insulina regule su concentración. Por esto es una excelente opción para personas que sufren de diabetes o incluso prediabetes.
Sus ventajas no terminan ahí, puesto que también retrasa el envejecimiento celular gracias a sus propiedades antioxidantes. Según el mencionado portal de salud portugués, esta fruta “es rica en antioxidantes, principalmente compuestos fenólicos, betalaínas (responsables de la coloración rojiza-morada) y betaxantinas (responsables por la coloración amarilla-anaranjada) que evitan el daño que causan los radicales libres a las células”. Por si fuera poco, mejora el estado de huesos y articulaciones y favorece la producción de colágeno gracias a sus niveles de vitamina C.
Su aspecto es de lo más exótico. Tiene forma ovalada, con espinas por fuera y se pueden encontrar tres variedades: amarilla por fuera y pulpa blanca con semillas por dentro, roja por fuera y pulpa blanca o pulpa roja con semillas por dentro. Para extraer la pulpa de la pitaya, primero hay que quitar las espinas con mucho cuidado, en caso de que no hayan sido retiradas antes, y después cortar la cáscara de forma vertical. Entonces, con la ayuda de una cuchara, se debe sacar la pulpa y ya estaría lista para ser disfrutada.