La sabiduría popular dice que caminar después de comer despeja la mente y facilita la digestión. Hay también abundante literatura médica que habla de los beneficios de pasear al menos 15 minutos tras la ingesta de comida. Se esa manera, puede prevenirse la diabetes tipo 2. Lo interesante ahora es que incluso unos pocos pasos pueden activar los mismos beneficios. La clave es cuántos y cuándo.
Una serie de estudios publicados recientemente en la revista Sports Medicine mostraron los efectos que tiene estar sentado frente a estar de pie o caminar sobre uno de los indicadores más importantes de salud del corazón: los niveles de insulina y azúcar en sangre.
Los estudios revelaron que caminar ligeramente después de una comida, en incrementos de tan solo dos a cinco minutos, tenía un impacto significativo en la moderación de los niveles de azúcar en sangre. ¿Cuántos pasos son exactamente? Dependiendo de la velocidad, a partir de 100 o 130 pasos, los mismos que prescribe la Medicina Tradicional China desde hace siglos.
En cinco de los siete estudios, ninguno de los participantes tenía prediabetes o diabetes de tipo 2. Los dos estudios restantes analizaron a personas con y sin estas patologías. Los participantes que estar de pie o caminar entre dos y cinco minutos cada 20 o 30 minutos a lo largo de un día completo.
Todos los estudios confirmaron que unos pocos minutos de paseo, incluso de intensidad ligera, después de una comida mejoraban significativamente los niveles de azúcar en sangre en comparación con otras actividades, quedarse trabajando en un escritorio o sentarse en un sofá. Los paseos hacen que los niveles de azúcar suban y bajen de manera gradual, algo muy valioso para los diabéticos, que deben evitar las fluctuaciones bruscas de sus niveles de glucosa. De hecho, se cree que los picos y caídas bruscas de los niveles de azúcar en sangre propician la aparición de la diabetes tipo 2.
Estar de pie también ayudó a reducir los niveles de azúcar en sangre, pero no en la misma medida que caminar. Andar a paso ligero exige más activación de los músculos que solo estar de pie, al tiempo que utiliza el combustible de los alimentos en el momento de mayor disponibilidad, justo después de comer. “Los músculos absorberán parte de ese exceso de glucosa”, explica Jessie Inchauspé, autora del libro 'La revolución de la glucosa: el poder de equilibrar el azúcar en sangre'.
Inchauspé defiende que cualquier actividad, cualquier movimiento, por pequeño que sea, cuenta. De hecho, recomienda también levantarse para hacer las tareas domésticas. Esta pequeña cantidad de actividad sirve para reforzar otros cambios dietéticos que la gente pueda estar haciendo para ayudar a controlar sus niveles de azúcar en la sangre.
Otros investigadores también defienden dar pequeños paseos en el entorno laboral. Bastan dos o tres minutos por las instalaciones del centro de trabajo. Si se teletrabaja, incluso, dentro del propio domicilio cronometrando el tiempo y los pasos. Cuanto más normalicemos los mini paseos durante la jornada laboral, en cualquier entorno, más factibles serán. Los estudios también sugieren que no movilizar el cuerpo durante periodos largos de tiempo puede tener implicaciones para la salud. En entornos muy rígidos, explica Inchauspé, solo estar de pie puede marcar la diferencia.