A partir de los 40 o 45 años las mujeres sufren grandes cambios en su vida con la presencia de la menopausia. Estos cambios son, principalmente físicos y psicológicos, ya que llegan los sofocos, el cansancio, dolores de cabeza, cambios en el sueño, o un aumento de peso, sobre todo acumulando grasa en la zona central del abdomen, una disminución de la masa muscular o la debilidad ósea a causa de la osteoporosis. A ello se le suma un mayor riesgos de padecer determinadas enfermedades, por eso es tan importante seguir cuidándose a partir de esa edad con hábitos saludables. Por ello, hay un alimento que no debe faltar en la dieta.
Se trata de las ciruelas pasas que, según un estudio elaborado por expertos de la Universidad de Pensilvania publicado en la revista ‘Food & Function’, pueden mejorar la microbiota intestinal fecal de las mujeres posmenopáusicas. “Las investigaciones anteriores han demostrado que las mujeres posmenopáusicas experimentan beneficios para la salud con el consumo de ciruelas pasas”, explica Mary Jane De Souza, autora del estudio.
Los resultados obtenidos han mostrado un gran enriquecimiento de una bacteria de la familia Lachnospiraceae que se asocia a la reducción de los marcadores inflamatorios del organismo, ayudando a mantener la integridad de la barrera intestinal. Se trata de un hallazgo importante porque durante la menopausia hay un gran descenso de las hormonas ováricas, algo que puede llegar a afectar negativamente a la microbiota intestinal, provocando una resistencia a la insulina o el aumento de la grasa corporal.
La investigación se desarrolló con 143 mujeres de entre 55 y 75 años divididas en tres grupos: las que no comían ciruelas pasas, las que tomaban 50 gramos al día, y las que comían 100 gramos cada jornada. Al cabo de un año, aquellas mujeres que habían comido ciruelas pasas habían mostrado beneficios en su salud.
No es el primer estudio que investiga los beneficios de las ciruelas pasas, ya que una reciente revisión científica de la Universidad de Pensilvania sugirió que los compuestos fenólicos y el contenido en fibra dietética que tiene este alimento puede alterar la microbiota intestinal de forma que favorezca la salud ósea de la persona que lo consuma.