Cruzar las piernas es un gesto que todos, absolutamente todos, tenemos integrado como costumbre de hacerlo cuando nos sentamos. Cada uno a su manera, claro está: por el tobillo, por la rodilla, pasando un pie por debajo del muslo… Formas hay muchas, unas más protocolarias y otras más de andar por casa. Sin embargo, ¿te has preguntado alguna vez si esta costumbre puede tener consecuencias negativas para nuestra salud? Un experto en anatomía ha despejado las principales dudas.
No solo eso, una investigación publicada en Science Alert valoraba los pros y contras de sentarse de esa manera, llegando a la conclusión de que esta costumbre puede aumentar la desalineación de las caderas, dejando una más alta que otra. No solo eso, también puede cambiar la velocidad a la que la sangre se mueve en las piernas, favoreciendo el riesgo a sufrir coágulos sanguíneos en las extremidades inferiores.
Esto mismo lo ha constatado el profesor y director del Centro de Aprendizaje de Anatomía Clínica en la Universidad de Lancaster, Adam Taylor, en un artículo publicado en The Conversation. El experto constata la desalineación de las caderas y el riesgo de coágulos sanguíneos. Debido a que puede aumentar el daño en los vasos sanguíneos, cada vez que se toma la presión arterial es fundamental que los dos pies estén siempre apoyados en el suelo.
El experto añade que “cuanto más tiempo y con mayor frecuencia te sientes con las piernas cruzadas, más probable es que experimente cambios a largo plazo en la longitud de los músculos y en la disposición de los huesos de la pelvis. Debido a la forma en que el esqueleto está unido, cruzar las piernas también puede causar una desalineación de la columna y en los hombros”. ¿Qué quiere decir esto? Que puede llegar a provocar escoliosis, entre otras patologías relacionadas con la espalda.
Sin embargo, el experto señala especialmente a los hombres, porque el sentarse hace que la temperatura de los testículos aumente en unos 2 grados y, si cruzamos las piernas, puede subir hasta 3’5 grados. “Los estudios sugieren que un aumento en la temperatura del escroto o de los testículos puede reducir tanto el conteo como la calidad de los espermatozoides”, añade.
En definitiva, cruzar las piernas puntualmente no es nada malo, pero si se puede evitar, mejor, ya que utilizar recurrentemente esta postura está asociado a un mayor riesgo de problemas de salud o enfermedades que pueden agravarse si se acompaña de otros factores de riesgo, como el sedentarismo. Y en caso de hacerlo, cruzarlas por los tobillos es mejor que por la rodilla, por si no te puedes aguantar.