"¿Escuchas eso? ¿no? Pero si es clarísimo". A todos nos pasa alguna vez: ese maldito pitido que aparece repentinamente interrumpiéndonos la vida y que nadie más escucha. No parece un asunto demasiado serio en realidad, y como además dura poco, lo dejamos pasar. El problema es cuando el acúfeno o tinnitus llega para quedarse. Zumbido, pitido, campanilleo... el molesto acúfeno, aseguran los expertos, puede manifestarse de distintas formas y, he aquí el primer problema al que nos enfrentamos, al ser una experiencia tan individual muchas personas a nuestro alrededor creen que no es real.
La respuesta tiene dos partes: sí... pero solo en nuestro cerebro. Normalmente el dichosos pitido puede ser el resultado del deterior de las células ciliadas del oído. Esto puede ocurrir por la exposición a ruidos fuertes (está es la razón por la que muchos cantantes lo sufren, por ejemplo), por el propio envejecimiento, por alguna infección o incluso por estrés. El principal problema sin embargo, es que pueden ser un síntoma de pérdida auditiva. De hecho, un 80% de las personas que escuchan pitidos experimentan algún grado de pérdida. ¿A qué se debe esto?
La razón podría estar en que nuestro cerebro, al recibir menos estímulos sonoros intenta compensarlos emitiendo señales que interpretamos como sonidos. La mala noticia es que de no tratarse a tiempo, estas señales pueden ir en aumento y convertirse en un problema crónico, llegando a afectar de manera importante nuestra calidad de vida. Aprender a convivir con el tinnitus o acúfeno parece impensable cuando empieza a manifestarse, sin embargo, al ser una "presencia constante" uno puede terminar acostumbrándose, lo que no es recomendable en absoluto.
Por ello, si eres de las personas que escuchan pitidos o zumbidos todo el tiempo, lo más aconsejable es que acudas de inmediato a un audiólogo experto para que te aconseje el tratamiento más adecuado, que puede ir desde la terapia cognitivo conductual para enseñar a tu cerebro a no percibir estos indicadores como ruidos, al uso de audífonos para solucionar la pérdida auditiva y así eliminar el origen del fastidioso pitido. O incluso la meditación, técnicas de relajación o cambios en la dieta... todo aporta, mientras sea acompañado por un profesional.