Además de para condimentar platos, la canela se ha usado con fines medicinales desde hace miles de años. Se trata de una especia que se obtiene de la corteza del árbol canelo, Cinnamomum, a partir de la porción exterior de madera. Curiosamente, este árbol pertenece a la familia del laurel, en el que también está incluido el aguacate.
En el año 2500 antes de Cristo la canela ya se utilizaba en China. Se empleaba para dar aroma a las carnes y como método de conservación en una época en la que no había muchas maneras de preservar los alimentos. Existen distintas variedades de canela, pero las dos principales son la de Ceylan, más cara y con grandes valores nutricionales y la de Cassia, la más común. Pero vayamos a lo más interesante: sus beneficios para la salud.
Algunas personas presentan déficit de alguna vitamina a causa de dietas inadecuadas. La canela contribuye a suplir estas carencias. Tomar canela ayuda a que los niveles de vitamina K, muy valiosa a partir de los 50, sean correctos: en 100 gramos de canela se encuentra el 39% del aporte necesario de esta vitamina.
Además, en la canela están presentes las vitaminas A, C, E, B3 y B9. La canela es casi es un multivitamínico que tenemos disponible en cualquier tienda. En cuanto a minerales, posee calcio, hierro, potasio, fósforo, sodio, zinc, manganeso y selenio, algunos de ellos en cantidades muy relevantes. Y por si no fuera suficiente, su aporte calórico es muy bajo. 100 gramos de canela aportan 247 calorías, muy poco teniendo en cuenta que ingerimos muy poca cantidad.
La canela ayuda a prevenir la resistencia a la insulina, estimulando sus receptores. La insulina es la hormona encargada de transportar el azúcar de la sangre a las células, asegurando que estás tengan la energía suficiente para funcionar con normalidad y regular el metabolismo y el gasto energético.
Sin embargo, muchas personas desarrollan resistencia a esta hormona por factores genéticos y ambientales o de estilo de vida. La canela aumenta la sensibilidad a la insulina además de disminuir los niveles de glucosa en sangre. A partir de ahora, cuando veas algún dulce con canela, piensa que lo que está haciendo la especia es precisamente reducir el azúcar de ese alimento.
La canela es rica en fibra, calcio y hierro, elementos que ayudan a abrir el apetito y mejoran la digestión interactuando con los ácidos biliares del intestino. Uno de sus efectos más positivo es que ayuda a eliminar los lípidos de manera más rápida y eficaz.
También tiene la capacidad de actuar como medicamento astringente, ya que puede normalizar el ritmo intestinal. Ayuda igualmente a aliviar náuseas y vómitos.
El compuesto llamado cinamaldehído, responsable de los característicos olor y sabor de esta especia, hace que la canela sea capaz de combatir infecciones por hongos y bacterias. Por esta razón fue utilizada durante mucho tiempo para la conservación de alimentos.
Es famosa también por sus propiedades antioxidantes a través de los polifenoles. Estos compuestos ayudan a proteger el organismo del daño oxidativo producto de los radicales libres.
Otro valioso efecto de la canela es su capacidad para actuar como agente antiinflamatorio para reducir la inflamación crónica del organismo, un factor determinante en la aparición de distintas enfermedades asociadas a la edad. Esto es debido a los mismos elementos antioxidantes presentes en ella y al compuesto cinamaldehído que se encarga de darle el sabor y olor característico a la canela. Este efecto antiinflamatorio también ayuda a combatir infecciones y reparar el daño producido en los tejidos corporales.
Aunque es segura en pequeñas cantidades, la canela de Cassia tiene algunas contraindicaciones. Estas son las más importantes.