Varices: cuándo pasan de ser un problema estético a un riesgo grave para tu salud
Las varices son la manifestación de la Enfermedad Venosa Crónica (EVC) que pueden cursar con dolor, pesadez de piernas, calambres, hinchazón o picor
Muchos pacientes afectados por varices no van al médico por considerarlas un problema estético
La edad y un estilo de vida sedentario propician la aparición de varices
Técnicamente, las varices son conocidas como enfermedad venosa crónica (EVC). Gran parte de la población la padece, aunque no tenga el diagnóstico oficial; sin embargo, es muy probable que reconozca algunos de sus síntomas: dolor, pesadez de piernas, calambres, hinchazón o picor en las extremidades inferiores. Muchos de estos síntomas se acentúan a partir de abril, durante los meses de primavera y verano, debido al calor y a la subida de las temperaturas. Tal y como indica su nombre, la EVC es una enfermedad crónica; por tanto, no se cura. Al margen de esto, es una patología que esconde algunos problemas adicionales.
Afecta a la calidad de vida
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La EVC es la enfermedad más prevalente dentro de la patología vascular. Afecta gravemente a la calidad de vida de los pacientes y supone un problema de salud pública por las consecuencias socio-sanitarias que acarrea, según explican los especialistas en vasculopatías.
Las varices se producen cuando existe una alteración y deterioro de las válvulas de las venas, con un aumento de la presión venosa. Con el ascenso de las temperaturas, las alteraciones que ya pueden existir aumentan. Entre las complicaciones más habituales, pueden darse aparición de úlceras, en especial cerca de los tobillos, o pequeños sangrados que requieren atención médica. El peor efecto es el de los coágulos sanguíneos. Sentir dolor o hinchazón persistente en las piernas puede ser un signo de un coágulo sanguíneo.
Pero para los expertos, lo peor de la patología es que está infradiagnosticada. El último estudio que analiza la prevalencia de la EVC en España es del año 2013. En él se dice que casi la mitad (48,5%) de los pacientes estudiados (casi 20.000 personas mayores de 20 años) presentaba algún síntoma de EVC.
Ahora, diez años más tarde, el Grupo de Trabajo de Vasculopatías de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), coordinado por el médico Manuel Frías Vargas, ha realizado una encuesta a 300 profesionales sanitarios sobre cuestiones relacionadas con la EVC. Aunque los resultados no se han publicado oficialmente, existen datos preocupantes, según Confidencial Digital. Destacamos los datos más importantes.
Infradiagnosticada
Según este Grupo de Trabajo, la EVC está infradiagnosticada en Atención Primaria. Un 85% de los encuestados lo cree así. El problema de que no esté bien diagnosticada es que tampoco está bien tratada, tal y como sostiene el 84,1% de las personas que han participado en la encuesta.
Muchos de estos diagnósticos no realizados es porque los afectados no le dan importancia y no acuden al médico. Las varices se ven como un problema estético, por lo que tampoco es frecuente que se derive al especialista para un tratamiento de escleroterapia, ablación endotérmica o cirugía.
El estudio también habla de la necesidad de que los médicos de Atención Primaria puedan actualizar sus conocimientos. Como ejemplo, la clasificación CEAP se utiliza para catalogar el grado clínico de gravedad en el que se encuentra la enfermedad. En el caso de las varices, debería ser una escala de medición habitual, pero el nuevo estudio revela que no es así: tan sólo el 24,7% de los profesionales de Atención Primaria la conoce y la utiliza. El 28,3% la conoce, pero no la utiliza, y el 47% afirma no conocerla. Esta clasificación empieza en el grado clínico 0 sin signos, hasta el 6, de úlceras activas, pasando por "venas reticulares", "venas varicosas", "edema", "cambios cutáneos" y "úlceras cicatrizadas".
Más mujeres que hombres
Hay una serie de parámetros que propician el desarrollo de la enfermedad; entre ellos, los antecedentes familiares, el estilo de vida y la edad. A pesar de que el 70% de los mayores de 16 años padecen algún problema de enfermedad venosa crónica, es a partir de los 65 años este riesgo aumenta exponencialmente. En cuanto al género, las mujeres lo padecen más que los hombres. El embarazo, los anticonceptivos orales y el perfil hormonal son factores de riesgos propios de este sexo.
Pero el factor de riesgo más importante es el estilo de vida. El sedentarismo, el tabaco, el calor, no seguir una dieta equilibrada y no practicar ejercicio son los hábitos que más contribuyen a la aparición de varices.
Prevención y terapias
¿De qué manera podemos prevenir la aparición de varices? Realizar ejercicios que mejoran el retorno venoso, llevar calzado que respete la dinámica normal del pie, reposar con los pies en alto durante media hora unas tres o cuatro veces al día y duchas frías en los pies y tobillos son algunas de las recomendaciones para que los pacientes con EVC puedan prevenir las venas varicosas y disfrutar de una mejor calidad de vida.
En cuanto a tratamientos, la terapia compresiva, específicamente, las medias elásticas que ejercen presión en las piernas para facilitar el buen funcionamiento del sistema venoso, son muy efectivas. Si estos tratamientos no son suficientes, la terapia farmacológica y, en en último caso, la cirugía puede acabar o paliar la enfermedad.