Aunque a nivel geográfico España se encuentra más alineada con Reino Unido que con Alemania, nuestro país se rige en base a la conocida como Hora Europea Central, es decir, por la hora de Berlín. Con excepción de las Islas Canarias, donde hay una hora menos que en el resto de la Península, toda España comparte hora con países como Alemania, Polonia o Italia, a pesar de encontrarse en el mismo meridiano que Reino Unido, Irlanda y Portugal, donde se rigen por la llamada Hora Occidental.
Este desajuste, que hace que le saquemos una hora a los países que comparten nuestro meridiano, provoca que en los meses de invierno haya una hora de adelanto con respecto al sol, una cifra que asciende hasta las dos horas en los meses de verano. Es decir: la hora que marcan los relojes en nuestro país no corresponde con la hora solar y la situación del astro, un hecho que da pie a situaciones bastante rocambolescas.
En Galicia, que se encuentra en la parte más occidental de la Península, el desajuste horario es tal que en los meses de invierno el sol no sale hasta las nueve de la mañana, mientras que en los meses de verano no se pone hasta que llegan las diez de la noche. La Comunidad Autónoma presenta una hora de más con respecto a Portugal, a pesar de que geográficamente se encuentra justo encima, y en cambio comparte el huso con países que se encuentran a miles de kilómetros de distancia.
Detrás de este desajuste horario hay una explicación, que se puede encontrar si echamos un vistazo atrás en el tiempo y nos trasladamos a 1940, año en el que Francisco Franco decidió adelantar una hora los relojes españoles para que el horario del país coincidiese con el de otros países europeos. Hasta entonces, los relojes de España se movían de acuerdo al horario del meridiano de Greenwich, el que les corresponde por situación geográfica, pero a partir de ese año el huso horario cambió.
Aunque no existen pruebas que lo atestiguan, diversos historiadores apuntan a que este cambio horario vino motivado por el deseo del dictador de acercarse a la Alemania de Adolf Hitler, que por entonces avanzaba con su conquista europea. Otros, en cambio, apuntan a que este cambio vino motivado para adoptar el horario de verano, algo que hicieron otros países europeos durante la época, como Reino Unido, Portugal o Francia.
Sea como sea, la adopción del huso horario europeo supuso un cambio enorme en nuestro país, ya que, desde entonces, siempre se ha regido por un horario contrario al que le corresponde, a pesar de que, en un primer momento, este adelanto iba a ser provisional. Como curiosidad, al final de la Segunda Guerra Mundial países como Reino Unido y Portugal volvieron al horario que le correspondía, mientras que otros como España o Francia se mantuvieron con el Horario Central Europeo que aún llevan hoy en día.