La colonoscopia es un examen médico por el que se observa el interior del colón y del recto para detectar posibles anomalías en las paredes del intestino grueso, el íleon o el recto que hayan sido provocadas por enfermedades.
Este procedimiento se realiza mediante un colonoscopio, una sonda larga y flexible que se introduce en el recto y que lleva equipada una pequeña cámara en su punta con la que el médico puede ver con claridad el interior de todo el colón o intestino grueso. Además, mediante este procedimiento los doctores también pueden extraer biopsias, es decir, pequeñas muestras de tejido que luego se analizan en el microscopio para obtener un mejor diagnóstico, así como pólipos y otros tejidos anormales.
A través de una colonoscopia, los expertos pueden identificar varias enfermedades, entre las que destaca el cáncer de colón o recto, el tumor más diagnosticado de toda España con, según los datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y de la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN), una media de 40.000 nuevos diagnósticos cada año.
Este cáncer, que tiene una incidencia igual tanto para hombres como para mujeres, siendo en ambos casos el segundo más diagnosticado, se encuentra también entre los más mortales. De hecho, su índice de mortalidad es el segundo más alto de todo nuestro país, solo superado por el cáncer de pulmón. No obstante, y a diferencia de lo que ocurre con otras patologías semejantes, en la mayoría de los casos el cáncer de colón puede superarse con éxito si se detecta precozmente, motivo por el que se recomienda no solo conocer los síntomas de la enfermedad, sino también someterse a pruebas de detección periódicas como las colonoscopias.
Las personas más proclives a padecer un cáncer de colón son aquellas que tienen más de 50 años, aunque este tumor también puede aparecer en pacientes más jóvenes. Por eso, es recomendable que, como muy tarde, los pacientes se sometan a su primera colonoscopia a los 50 años. Si el resultado es favorable, es decir, si no se detecta ningún problema, se recomienda que los pacientes se sometan a una colonoscopia cada diez años, aunque se aconseja que sigan realizando la prueba de heces cada dos años.
Si existen factores de riesgo, no obstante, esta recomendación cambia y la frecuencia con la que el paciente debe someterse a esta colonoscopias se incrementa. En el caso del cáncer de colón, se consideran factores de riesgo los antecedentes familiares y, en concreto, los de primer grado, y los propios antecedentes médicos del paciente, es decir, si ha padecido alguna enfermedad intestinal como puede ser la enfermedad de Crohn. En estos supuestos, los pacientes deberán someterse a una colonoscopia cada cinco años, por precaución.
Además de acudir a estas revisiones, es recomendable que los pacientes conozcan los síntomas del cáncer de colón, entre los que se encuentra la aparición de sangre en las heces, un cambio en las deposiciones, una pérdida de peso sin motivo aparente o la detección de cólicos y dolores abdominales de manera frecuente, entre otros.