El doctor que desmonta mitos: "Hacer deporte intenso es comprar papeletas para el infarto"
José Luiz Zamorano, Jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Ramón y Cajal y Premio Nacional de Medicina, tiene como estrategia poner al paciente en el centro: "Ni la tecnología ni el médico. Cuanto más escuchas al enfermo, mejor es el diagnóstico"
"Mucha gente está enferma, pero no lo sabe porque no le duele nada; sin embargo, el infarto no sucede de un día para otro"
"El deporte es bueno, pero practicar ejercicio de manera intensa es comprar papeletas para sufrir un infarto o un síncope"
"Todos tenemos un enfermo potencial dentro". Quien pronuncia esta frase es uno de los mejores cardiólogos del mundo. José Luiz Zamorano es Jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Ramón y Cajal, además de Premio Nacional de Medicina. Al margen de títulos, para su equipo, Zamorano es un médico humilde y empático que pone al paciente en el centro de todo. "Ni la tecnología ni el médico. Cuanto más escuchas al enfermo, mejor es el diagnóstico", asegura en una entrevista para El Mundo desde el Ramón y Cajal.
No solo medicina
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Zamorano pertenece al tipo de médico que siente auténtica pasión por su trabajo. Un corazón similar al que se utiliza en las facultades de medicina para los estudiantes preside su despacho. "La ventaja con el corazón es que lo sabemos todo, a diferencia del cerebro, del que no sabemos nada".
Algo sí debe saber el doctor de la 'conversación' continua entre el cerebro y el corazón, cómo el latido cambia y llega, incluso, a acompasarse con el de otras personas según sean nuestras emociones. Por eso, para este facultativo son fundamentales aspectos que para otros profesionales podrían pasar desapercibidos: que el hospital sea un entorno agradable o que el quirófano, más que una sala de máquinas, sea un espacio donde entre la luz. Sus pacientes miran techos en los que hay dibujados un bosque de bambú y osos panda, y las ventanas tienen su espacio allí donde opera.
El infarto se hace
Con la sabiduría de quien lleva años interpretando las señales del corazón, el doctor Zamorano afirma que el infarto no es un accidente que ocurra en un día. "Mucha gente está enferma, pero no lo sabe porque no le duele nada. O se encuentra mal, va al doctor Google y se pone nervioso", afirma. El cardiólogo insiste en que hay señales que debemos saber interpretar. "Por ejemplo, si cuando usted hace un esfuerzo nota una pequeña presión en el pecho, tiene que acudir al médico porque se puede traducir en una estrechez en la arteria coronaria", explica.
Según alerta Zamorano, el infarto no sucede de un día para otro. Muchos de los infartos se dan en personas que llevan varios años con arterioesclerosis, aunque quizá no han sido conscientes de la enfermedad.
Aparentes buenos hábitos
Cada vez conocemos mejor en qué consiste un estilo de vida saludable. Hacer ejercicio, junto a una dieta basada en la cocina mediterránea, y un descanso apropiado, son los tres pilares básicos, pero no pueden realizarse de cualquier forma. Como en todo, la proporción es importante. Desmontando tópicos, el doctor asegura que "el deporte es bueno, pero practicar ejercicio de manera intensa es comprar papeletas para sufrir un infarto o un síncope". La alternativa es caminar a buen paso 45 minutos diarios.
La afirmación de Zamorano va en línea con las últimas investigaciones. Un estilo de vida físicamente activo va asociado a una disminución de la mortalidad por enfermedad cardíaca en al menos un 30%, de manera que a mayor actividad física, menor incidencia de eventos cardiovasculares, según se ha explicado en publicaciones especializadas a lo largo de los años.
Sin embargo, un estudio liderado por el Hospital Clínic de Barcelona, el Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona (IIBB-CSIC) y el Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS), en colaboración con el Instituto del Corazón de Montreal y la Universidad de Montreal (Quebec, Canadá) demuestra “que el ejercicio de resistencia continuado durante años podría provocar alteraciones en la estructura y función cardíaca creando un sustrato para padecer arritmias". La arritmia es la primera disfunción que puede preceder a trastornos coronarios graves.