Cada verano el Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCOF) advierte sobre los cuidados que debemos adoptar en verano, especialmente durante las olas de calor, para mantenernos hidratados. Además de utilizar un fotoprotector adaptado a cada tipo de piel o consumir dos litros diarios de líquidos, también se debe tener en cuenta que algunos medicamentos pueden reaccionar con la exposición solar y aumentan el riesgo de sufrir quemaduras en la piel a pesar de estar protegidos, insolaciones o reacciones de fotosensibilidad o de fotoalergia.
Existen diferentes mecanismos por los cuales los fármacos pueden agravar los efectos de las altas temperaturas:
Diuréticos: Algunos favorecen la deshidratación debido al aumento de la producción y eliminación de orina o la pérdida de electrolitos.
Antiinflamatorios: algunos antihipertensivos o algunos antidiabéticos: afectan a la funcionalidad del riñón. Los antihipertensivos IECA y ARA II pueden afectar a la percepción de la sed por lo que su inhibición está asociada a una disminución de la ingesta de líquidos y del volumen de orina.
Corticoides: inducen diuresis potente en personas con insuficiencia cardiaca, aumentan la filtración glomerular y promueven la pérdida de sodio y potasio a través de la orina por lo que pacientes tratados con corticoides, especialmente por vía oral o parenteral, tienen mayor riesgo de deshidratación.
Antihistamínicos, antidepresivos o fármacos para la sudoración: interfieren con los mecanismos de pérdida de calor de nuestro cuerpo. Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) reducen la capacidad de excretar agua y una disminución de la sensación de sed, la fluoxetina además puede reducir el apetito.
Clomipramina, duloxetina venlafaxina y mirtazapina, también reducen la sensación de sed. Por el contrario, otros van a disminuir la dilatación de los vasos sanguíneos de la piel, mecanismo que favorece la pérdida de calor. Entre ellos encontramos descongestionantes nasales o fármacos para la migraña.
Antibióticos: son los responsables del 25% de los casos de diarrea inducida por medicamentos.
Finalmente hay fármacos que pueden aumentar de forma directa la temperatura corporal, como los antipsicóticos para esquizofrenia, ciertos antidepresivos o fármarcos antitusivos como dextrometorfano, o analgésicos como tramadol.
¿Qué hacer si los estamos tomando?
Si se usa alguno de estos medicamentos durante el verano, los expertos del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos subrayan la importancia de seguir las siguientes recomendaciones:
Hidratarse correctamente. Beber alrededor de 2 litros de agua y otros líquidos y aumentar el consumo de alimentos como frutas y verduras.
Evitar exponerse directamente al sol durante las horas centrales del día, y usar ropa fresca, de tejidos naturales, que permita la sudoración.
Evitar tomar medicamentos que no hayan sido recomendados por tu médico o farmacéutico.
Y, por supuesto, en caso de duda, se debe preguntar al farmacéutico sobre los medicamentos que conforman nuestro tratamiento farmacoterapéutico para saber si pueden tener efectos sobre episodios de calor extremo.
Debemos evitar tomar el sol en las horas centrales del díauppers.es
Consejos de conservación de medicamentos en caso de altas temperaturas
Durante las épocas de calor, una adecuada conservación de los medicamentos exige:
Los medicamentos que deben conservarse entre 2 y 8 °C deben utilizarse tan pronto como se hayan sacado del frigorífico.
Los medicamentos que se deben conservar a una temperatura inferior a 25 ó 30 °C suelen presentar un límite superior de tolerancia, y el rebasar puntualmente estas temperaturas, no tiene consecuencia sobre la estabilidad o la calidad de estos medicamentos. No obstante, hay que supervisar también las condiciones de conservación de este grupo de fármacos.
Los estudios de los medicamentos que no comportan ninguna mención especial de conservación demuestran que no se degradan cuando son expuestos a temperaturas de 40°C durante 6 meses.
Algunas formas farmacéuticas (supositorios, óvulos, cremas…) son bastante sensibles a elevaciones de temperatura. En este caso, no es el principio activo el que es sensible al calor.
Cuando los particulares transportan sus medicamentos, deben aplicarse las mismas precauciones de conservación, utilizando una nevera portátil en el caso de que sea necesario. En cualquier caso, el resto de los medicamentos no deben estar expuestos mucho tiempo a temperaturas elevadas como las que frecuentemente se alcanzan en los maleteros o los habitáculos de los coches expuestos a pleno sol.