Debemos tener cuidado con lo que comemos, especialmente en verano, cuando el calor extremo puede hacer estragos en algunas comidas y que las consumamos estando en mal estado, incluso aquellas que pensamos que no tienen ningún tipo de peligro. El Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC) ha lanzado una alerta sobre un brote de salmonelosis que está afectando a varios países europeos que se detectó por primera vez en una ensalada con tomates cherry en Francia, el país más afectado hasta el momento.
El brote dio comienzo hace un año en Francia, pero el último caso registrado hasta el momento se produjo hace un mes en Suecia. En total, son 92 las personas que se han visto afectadas, aunque 11 de esos casos siguen estudiándose al no hacerse confirmado, pese a que una persona ha muerto ya por esta infección que parece tener el foco en los tomates cherry.
Desde que se detectó el brote en Francia se han registrado ya 16 casos a la vez que iban multiplicándose por el resto de Europa, señalando las autoridades que la mayoría de ellos se han producido entre octubre de 2022 y marzo de 2023, añadiendo que actualmente el riesgo de exposición es bastante bajo.
En total los afectados se reparten a lo largo de 14 países del continente que se han visto afectados por el brote de salmonela producido, en principio, por tomates cherry. Alemania es ahora mismo el país con más afectados, 26, mientras que Finlandia tiene 12, Suecia 11, o Austria y Países Bajos con 5 casos. Reino Unido, Bélgica, República Checa, Noruega, Irlanda y Estonia también han presentado casos, además de dos en Estados Unidos. En el caso de España, desde que se instauró la alerta no se ha detectado ninguno.
Todas las investigaciones apuntan a que el brote de salmonela ha sido producido por tomates cherry y los han llevado hasta productores de tomate ubicados en España, Países Bajos y Marruecos. No obstante, por el momento no se ha podido demostrar ninguna evidencia ni detectar el punto de infección exacto.
La salmonelosis suele aparecer entre unas 12 y 36 horas después de haber consumido alimentos crudos o en mal estado con una sintomatología clara: fiebre, diarrea y dolor abdominal, acompañados de náuseas y vómitos. En general los afectados se recuperan con el paso de los días, aunque si hay una gran deshidratación es posible que se requiera un tratamiento concreto e ingreso hospitalario, especialmente en personas mayores o con inmunidad suprimida.