La Inteligencia Artificial quiere llegar a tu corazón. Y sabe cómo hacerlo. Mejor dicho, los que saben cómo hacerlo son los miembros de un equipo dirigido por el profesor Declan O'Regan, del Instituto de Ciencias Médicas de Londres, que vienen trabajando en un sistema destinado a evaluar los efectos de nuestros malos hábitos sobre el corazón. El cálculo de estos efectos puede determinar si la edad (biológica) de uno de nuestros principales órganos se corresponde con nuestra edad cronológica. Sorpresa: en la mayoría de casos no se corresponde.
A estas alturas no te vamos a decir nada que no hayas oído un millón de veces: el principal enemigo de la salud cardiaca es el sedentarismo. También lo son los malos hábitos alimenticios y otros 'placeres' habituales en nuestra vida, como fumar o beber en exceso. Lo que no sabíamos hasta ahora el ritmo al que esas costumbres podían hacer envejecer nuestro corazón.
La herramienta de Inteligencia Artificial con la que están trabajando en Londres, puede aportar mucho en ese sentido porque contiene datos de 40.000 personas con diferentes condiciones de salud cardíaca junto con sus resultados de salud. Así, el procedimiento consiste en realizar una resonancia magnética de un paciente para que la IA los comparé con los datos memorizados. El sistema es capaz de analizar y comparar cientos de pequeños movimientos de cualquier corazón -en promedio los compara con unas 5.000 historias cardiacas de personas de distintas edades- y de esta manera es capaz de determinar la edad biológica del mismo.
La diferencia entre este y otros procedimientos más habituales, como los electrocardiogramas, es que mientras estos ofrecen una foto fidedigna del estado del corazón, su estado actual, digamos; la IA puede predecir la evolución del mismo en base tanto a los hábitos suministrados (aquí influye tanto la información genética, los antecedentes familiares, los hábitos alimenticios desde la infancia, el consumo actual de alcohol o tabaco, etc.) como al desempeño de otros corazones registrados en su data.
"No sabemos si el envejecimiento prematuro del corazón se debe a los genes y entonces uno nace destinado a tener un corazón más viejo o si se debe más bien a su estilo de vida", ha señalado el profesor O'Regan en un reportaje de la BBC. "Tampoco sabemos si el ritmo de envejecimiento se puede cambiar o si puede ser reversible. De serlo, esto permitiría volver a tener un corazón más joven a quienes reciban el tratamiento adecuado".
Mientras se siguen desarrollando estas y otras tecnologías, lo mejor es atenerse a lo que dicen los profesionales de la salud y cuidar el corazón con ejercicio, dieta y olvidándonos de fumar.