Tener una sonrisa bonita añade belleza a cualquier rostro. Con la edad, las piezas dentales pueden aparecer desgastadas y faltas de atractivo. Las carillas son, entonces, la solución a un problema no solo estético, sino también funcional y emocional, ya la que la autoestima se ve muy reforzada.
Las carillas dentales son unas láminas pequeñas y finas que se fabrican en distintos materiales como la porcelana o el composite. Se adhieren en la parte externa de los dientes mediante un cemento o resina especial. Así, las carillas, también llamadas facetas cubren parcialmente el diente y quedan fijas de manera firme y segura.
El objetivo de las carillas dentales es restaurar o modificar parte de la estructura del diente, así que también cumplen una función estética. Con ellas se pueden modificar parcialmente la forma visual del diente, su brillo y color. Antes de ponerlas, es fundamental hacer un estudio previo de cada caso y tratar, si es necesario, cualquier enfermedad dental preexistente, como la periodontitis.
Para determinar si una persona es candidata a realizarse un tratamiento con carillas dentales, lo más importante es hacer un estudio minucioso previo en el que se analiza el estado de las piezas y la mordida, entre otros parámetros. También suelen hacerse unas pruebas estéticas previas, normalmente a través de recreaciones digitales en las que se 'diseña' la sonrisa. La otra opción es hacerlo en la boca del paciente con un sistema llamado mock-up.
Cada tipo de carilla tiene unas funcionalidades según el material en el que se haya fabricado. Las de composite son más cómodas de implantar, aunque su duración es menor. Las de porcelana requieren la preparación del diente, son más caras, también son más delicadas y son irreversibles: no se pueden retirar de los dientes una vez cementadas. Si se hace así, deben colocarse otras similares para recuperar el tamaño dentario, reducido con el tallado o desgaste necesario para la primera colocación.
Pero quizá lo más importante una vez que ya tenemos las carillas es saber cómo cuidarlas. Para ello, hemos hablado con la doctora Nadia Sarmini, directora y propietaria de la Clínica Dental Bernabéu.
¿Se pueden poner carillas a cualquier edad? ¿De qué depende?
Si, en nuestra consulta a partir de los 16 años, de composite o porcelana. Depende de la anatomía, color y alineación de los dientes.
¿Qué recomendaciones hay que seguir para mantenerlas bien?
Es esencial mantener una buena higiene bucal, agendar la revisión anual en el dentista y no fumar ni comer alimentos que tiñan mucho los dientes, como el vino tinto o el café, sobre todo en las carillas de composite.
Según lo que explicas, ¿hay alimentos prohibidos o que tengan que consumirse menos?
Como decía, en las carillas de composite, sí. Hay que tener cuidado con el café, el té, el tabaco, el vino tinto, algunos refrescos, como la coca cola, y los cítricos en altas cantidades.
¿Cuáles son los cuidados esenciales que garantizan que las carillas están en buen estado?
Lo primero es extremar la higiene bucal. Para ello, es recomendable usar cepillo eléctrico. En algunos casos también es necesario usar un irrigador dental a presión y colutorio o enjuague si el paciente necesita mayor sensación de limpieza. Además, como decía anteriormente, siempre hay que pedir una revisión anual en el dentista.