Las tres claves para vivir más de 100 años con salud, según la ciencia
Los centenarios son el grupo demográfico de más rápido crecimiento de la población mundial, con cifras que aproximadamente se duplican cada diez años
Un estudio de los investigadores Eduardo J. Simoes y Luis R. Ramos revisa los factores que afectan a la esperanza de vida
Las claves de un cardiólogo de 95 años para tener una vida larga y feliz
Cuánto tiempo podemos llegar vivir los humanos y qué determina que una vida sea larga y saludable son preguntas que venimos haciéndonos desde hace siglos. Y en los últimos años la longevidad ha aumentado de manera espectacular. Hoy la esperanza de vida media mundial está entre 70 y 73 años, pero son muchos los que superan ese baremo. De hecho, los centenarios son el grupo demográfico de más rápido crecimiento de la población mundial, con cifras que aproximadamente se duplican cada diez años desde la década de 1970. ¿Cuál es el motivo de esta tendencia?
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Según varios estudios científicos, las personas que viven tanto son capaces de retrasar los síntomas del envejecimiento. "La mayoría de los centenarios actuales han sobrevivido más allá de la esperanza de vida media porque retrasaron el desarrollo de la enfermedad hasta una edad más próxima a la muerte, lo que caracteriza la compresión de la morbilidad", explican en un editorial publicado en la revista Nutrients los investigadores Eduardo J. Simoes y Luis R. Ramos.
Estos dos autores han realizado un nuevo y exhaustivo estudio en el que revisan los factores que afectan a la esperanza de vida y permiten que algunas personas puedan vivir mucho más allá de un siglo con buena salud. Su investigación les ha llevado a concentrar sus resultados en tres claves para alargar la vida por encima de los 100 años.
Una sólida base genética
En primer lugar, apuntan a una base genética. Los investigadores calculan que los genes contribuyen en un 20-40% a la esperanza de vida. Esto se debe en parte a su papel en los perfiles metabólicos, incluida la sensibilidad a la insulina y niveles más saludables de lípidos circulantes en sangre, así como el perfil de inmunidad heredado.
Una dieta más sana
Los centenarios constituyen una parte importante de la población en algunas partes del mundo, como Italia, Grecia, Japón y Costa Rica. Los científicos denominan a estos lugares 'zonas azules' y han descubierto que comparten algunas características comunes: sus habitantes tienden a seguir dietas más sanas y son físicamente activos, ya sea por trabajo o por ocio.
Un estudio de 60 años de personas de Okinawa mayores de 65 años descubrió que restringir las calorías se asociaba a una vida más larga y un envejecimiento más saludable a largo plazo. Las dietas sanas reducen el riesgo de algunos tipos de cáncer, diabetes y cardiopatías. Reducir la ingesta de calorías y carbohidratos y apostar por las dietas mediterráneas reporta grandes beneficios.
Actividad física y hábitos saludables
Los centenarios también se mantienen físicamente activos y adoptan hábitos saludables durante toda su vida. El ejercicio puede reducir el riesgo de mortalidad en un 27%, aumentar la esperanza de vida en algo más de un año y mejorar la función cognitiva. Por otro lado, fumar puede acelerar el deterioro cognitivo entre los centenarios.
La conclusión de los científicos es que, a medida que las personas envejecen, se ven afectadas por diversas afecciones crónicas. Sin embargo, los centenarios parecen más sanos, incluso a su avanzada edad, que los octogenarios y nonagenarios más jóvenes. Desde el punto de vista médico, los centenarios no eluden el declive fisiológico ni las enfermedades relacionadas con la vejez. Sin embargo, el ritmo de deterioro es más lento en ellos y se ve contrarrestado por su mayor resiliencia frente al estrés cotidiano.