Afantasía o por qué algunas personas no pueden crear ni visualizar imágenes mentales
La incapacidad de crear y visualizar imágenes mentales afecta a un 3,9% de la población en algún grado y a un 0,8% de forma total
La mente ciega impide imaginar la cara de un familiar fallecido, visualizar recuerdos autobiográficos o tener sueños muy vívidos
En las personas con afantasía el proceso de la glándula pineal al recuperar recuerdos queda interrumpido de alguna manera
Imagina que estás trabajando en la oficina un tanto estresado y de repente te tomas un momento para cerrar los ojos y evocar una imagen de ti mismo en la playa el pasado verano, disfrutando del mar, el sol, la tumbona y un refrigerio. Ahora imagínate que no eres capaz de visualizar nada. Que no puedes recordar imágenes de lugares, objetos o personas. A este fenómeno se le llama afantasía y consiste en la incapacidad de crear y visualizar imágenes mentales. Y supone una diferencia tremenda en la forma de ver el mundo para quienes lo padecen. De hecho, se estima que afecta a un 3,9% de la población en algún grado y a un 0,8% de forma total.
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Carecer de imaginación visual, especialmente en un grado total, impide por ejemplo ver en la mente la cara de un familiar fallecido, visualizar recuerdos autobiográficos, tener sueños muy vívidos o proyectar el futuro. El término afantasía fue acuñado en 2015 por el profesor Adam Zeman, neurólogo cognitivo y conductual de la Universidad de Exeter, quien no la consideraba un trastorno, sino "una variación intrigante de la experiencia humana". Que no puedan imaginar con claridad algo como un amanecer no significa que no puedan describirlos perfectamente si han visto uno.
La glándula pineal, en el origen de la mente ciega
La explicación más aceptada del origen de la afantasía o mente ciega está en la glándula pineal. Cuando recuperamos algún recuerdo, esta glándula, nuestro 'ojo mental', intenta reproducir los mismos patrones de actividad que estaban en marcha durante la fijación del recuerdo. En las personas con afantasía este proceso esta interrumpido de alguna manera.
Aunque aún queda mucho por investigar al respecto, ya se han analizado algunas implicaciones. Por ejemplo, un estudio publicado en 'Proceedings of The Royal Society' en 2021 sobre el papel de las imágenes mentales en las emociones humanas apunta a que los afantásicos pasan menos miedo o angustia ante un relato de terror. De la misma forma, podrían recuperase mejor de una experiencia traumática al no ser capaces de evocar los recuerdos del suceso en forma de imágenes o experimentar flashbacks, que es uno de los síntomas más molestos del estrés postraumático.
Una condición difícil de detectar
Lo cierto es que esta condición neurológica es complicada de detectar porque las personas que lo padecen no son conscientes de que sus procesos mentales sean distintos de los de los demás. Si llevan toda la vida experimentándolo de la misma forma no tienen la sensación de que en su cerebro esté ocurriendo algo diferente. Tampoco es fácil de diagnosticar a un afantásico. Hay algunos test ponen a prueba la imaginación visual, pero no hay una prueba fisionógica del todo desarrollada. Al menos hasta que en 2022 un estudio aportaba la primera prueba objetiva de la existencia de esta condición a través de la reacción de la pupila al brillo ilusorio.
Aunque carecer de la capacidad de imaginar mentalmente puede suponer ciertos obstáculos en la vida, dificultar ciertas actividades y plantear un desafío en determinadas circunstancias, las personas con afantasía pueden desarrollar otro tipo de habilidades, como la memoria conceptual.