Genes saltarines: ¿qué papel desempeñan en el envejecimiento?

  • El organismo humano es mucho más caótico de lo que nos gustaría: algunas partes del ADN saltan de un lado a otro del genoma de manera impredecible, un proceso relacionado con el envejecimiento y la aparición de ciertas enfermedades

  • Al conocer mejor la actividad de los 'genes saltarines' o transposones se abre la puerta a la investigación de nuevas terapias que ayuden a ralentizar el envejecimiento

  • Los 'genes saltarines' están en su mayoría silenciados en las células germinales, por lo que estas mutaciones no suelen pasar a los hijos

A los investigadores médicos les gusta ver orden en aquello que investigan. Con un sistema ordenado, se pueden predecir y controlar los procesos que ocurran en cualquier parte de nuestro cuerpo. Sin embargo, nuestro organismo es mucho más caótico. Hace casi un siglo, se descubrió que algunas partes del ADN saltaban de un lado a otro del genoma. Se les llamó entonces elementos transponibles, genes 'saltarines' o transposones, fundamentales para entender patologías como el cáncer o ciertos trastornos neurológicos. En los años 20 del pasado siglo no se le dio demasiada importancia a este descubrimiento, pero ahora un nuevo estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad Eötvös Loránd (ELTE) de Hungría ha revelado cómo esos 'genes saltarines' afectan al envejecimiento. Con ello, se abre también la puerta a la posibilidad de frenar estos mecanismos o, al menos, ralentizarlos. Y los más osados hablan, incluso, de un camino que puede llevar a vivir muchos años sin enfermedad.

Cómo se comportan

Los transposones son partes del ADN que tienen la capacidad de moverse por distintas zonas del genoma. Esto significa que pueden alterar el funcionamiento de otros genes si se insertan de manera errónea, alterando de manera dañina los genes a los que se han trasladado. Sin embargo, no afectan a todas las células por igual. En los organismos pluricelulares existen dos tipos principales de células: germinales o reproductivas, que darán lugar a espermetazoides y óvulos, y transmitirán el material genético a los hijos; y, por otro, las células somáticas, encargadas del crecimiento de órganos y tejidos.

Afortunadamente, los 'genes saltarines' están en su mayoría silenciados en las células germinales, por lo que estas mutaciones no pasan a los hijos. Con todo, de manera excepcional, algunos de estos genes se pueden mover cuando se forman las células reproductivas, alterando su expresión y originado ciertos tipos de hemofilias y leucemias, algunas clases de cáncer y de trastornos degenerativos.

¿Están relacionados con el envejecimiento?

Los investigadores de la Universidad Eötvös Loránd han conseguido descifrar la relación entre los transposones y el envejecimiento. El vínculo está en la llamada vía Piwi-piARN, encargada de controlar la actividad de estos genes. Este proceso funciona en cierto tipo de células que no envejecen, como las células madre cancerosas, así como en algunas clases de medusas y de gusanos, especie más utilizada en la investigación. Cuando los expertos trabajaron con los transposones de los gusanos, los animales mostraban signos de envejecimiento más lento y, en algunos casos, también lograron añadir tiempo de vida útil en estos animales.

El estudio también encontró cambios epigenéticos (modificaciones que afectan a la actividad de los genes sin que la secuencia del ADN cambie) en el ADN de los gusanos según iban envejeciendo especialmente en los transposones. Por tanto, estudiar y entender los el comportamiento de estos 'genes saltarines' es clave para encontrar maneras de prolongar la calidad de vida en los mayores. En el campo del envejecimiento ya se sabía que los transposones se activaban cuando cualquier organismo pluricelular envejece, pero había que demostrar que no era el simple resultado del proceso de envejecimiento. Este estudio sugiere que estos genes podrían ser una de las causas, lo que supone un enfoque novedoso para la investigación médica y el desarrollo de nuevas terapias.