La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha puesto de manifiesto un informe de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) en el que se confirma un nuevo posible efecto adverso de los medicamentos a base de Omega-3. A los efectos secundarios citados en los prospectos de los medicamentos con este tipo de ácidos hay que sumarle la fibrilación auricular.
La Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha confirmado que, en personas con enfermedad cardiovascular (infarto de corazón, angina de pecho, ictus, etc.) o con algún factor de riesgo cardiovascular como elevado índice de masa corporal, tabaquismo, hipertensión, elevado LDL-colesterol o diabetes, los medicamentos a base de omega-3 aumentan la probabilidad de sufrir fibrilación auricular. No obstante, se trata de un efecto adverso no frecuente, es decir, aparecería en entre el 1 y el 10% de los pacientes que tomen estos medicamentos. También aseguran que el riesgo de sufrir este tipo de arritmias es mayor cuanto mayor es la dosis, sobre todo, en la dosis máxima de 4 gramos al día.
Desde la Fundación Española del Corazón, definen la fibrilación auricular como “un ritmo cardiaco irregular y anormal. Esta condición normalmente causa latidos cardiacos muy rápidos. La fibrilación auricular es una enfermedad grave, ya que puede producir coágulos de sangre que pueden viajar desde el corazón hasta el cerebro y causarle un infarto cerebral”.
Un corazón sano, en condiciones normales, debería tener un ritmo cardíaco regular, pues lo natural es que se acelere únicamente cuando hacemos ejercicio, y que vaya más lento cuando dormimos. El ritmo normal del corazón oscila entre 60 y 100 latidos por minuto y recibe el nombre de ritmo sinusal. Cuando aparece la arritmia el ritmo normal del corazón se altera, puede acelerarse a pesar de estar en reposo (taquicardia) o hacerse más lento (bradicardia).
La fibrilación auricular, aparece cuando, en condiciones normales, el ritmo cardíaco deja de ser regular y constante, el tiempo entre latido y latido es desigual. En ese momento el corazón, fribrila, como si temblara. Esa pérdida de sincronía en el ritmo puede ocasionar la formación de coágulos de sangre en el interior del corazón, ya que cuando el corazón entra en fibrilación el vaciado de sangre de las aurículas puede no ser total.
Si se desprenden estos coágulos pueden dar lugar a obstrucciones en las arterias del cerebro (ictus cerebral) u otras localizaciones (embolia arterial periférica).
La fibrilación auricular no siempre provoca síntomas, por lo tanto, es complejo identificarlas. Aun así, las molestias más comunes son las palpitaciones, latido rápido e irregular del corazón, cansancio muy marcado al realizar las actividades cotidianas, dolor o presión en el pecho, mareos o vértigos que pueden llegar al desmayo y el empeoramiento de otras enfermedades como la insuficiencia cardíaca la hipertensión o enfermedades de las válvulas del corazón.
Cuando se identifica la fibrilación auricular lo mejor es:
Desde Fundación Española del Corazón aseguran que el tratamiento de la fibrilación auricular se hace desde el control del ritmo cardiaco, con medicamentos, y de las complicaciones embólicas con el tratamiento anticoagulante. Ambos puntos se valoran por separado, de manera que el paciente puede recibir sólo el tratamiento antiarrítmico, sólo anticoagulantes, ambos medicamentos o ninguno.