Visualización guiada: cómo practicarla correctamente para relajarte
La visualización, o la imaginación guiada, es una variante de la meditación tradicional que puede ayudar a aliviar el estrés
Descubre cómo las técnicas de visualización pueden ayudarte a reducir la ansiedad y lograr un estado de relajación
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Encontrar la calma, la paz y olvidarnos del estrés son los objetivos que muchos buscamos volcados en un día a día que no para y una sociedad que cada vez exige más al individuo. Inmersos en rutinas que nos hacen volar de un lado para otro y estirar las horas del día con un continuo contrarreloj, es necesario buscar momentos para nosotros, para hacer bajar nuestras revoluciones y encontrarnos con nosotros mismos desde lo más profundo de nuestro ser.
La visualización guiada emplea la imaginación y nuestros cinco sentidos para llevar la mente hasta el lugar donde quieras estar, a ese espacio donde consigas relajarte y conectar contigo mismo.
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En primer lugar, se empieza con técnicas de relajación para bajar pulsaciones y a disminuir el ritmo cardiaco. Una respiración progresiva y el uso de música relajante ayudan a conseguir el objetivo. El proceso de visualización guiada empieza escuchando unas sencillas instrucciones. Respiraciones largas y profundas, dedicarse tiempo a uno mismo para desconectar son la clave para disfrutar de los beneficios de la visualización guiada entre los que destacan:
- Disminuir el estrés.
- Mayor calidad del sueño.
- Mayor control de la ansiedad.
- Disminución de presiones.
- Mayor concentración.
- Disminución de dolores puntuales.
¿Cómo aprender a visualizar mentalmente?
Las visualizaciones guiadas se pueden practicar en cualquier momento y lugar, pero lo mejor es tener un lugar donde nadie nos moleste, utilizar con una un cojín, una esterilla o una silla donde puedas sentarte o tumbarte cómodamente, el audio con el ejercicio de meditación guiada que quieras hacer y unos cascos para conectar a tu móvil o dispositivo
Si sientes que te cuesta imaginar durante la práctica, no te agobies. Las personas no somos todas iguales y para algunos no resulta fácil visualizar imágenes mentalmente. Solo es cuestión de práctica y trabajando con ejercicios de visualización sencillos en poco tiempo lograrás desarrollar esta habilidad y profundizar en los ejercicios de visualización guiada para obtener todos sus beneficios.
Ejercicios de visualización guiada para calmar la mente
- Libera tus pensamientos. Cierra los ojos e imagínate sentado en un lugar que te aporte relajación. Contempla cada detalle de este nuevo paisaje en el que te encuentras, concéntrate en los elementos que lo componen e imagínate cómo tus pensamientos viajan a través del paisaje.
- Tensa y relaja. Con los ojos cerrados, lleva la tensión de tu cuerpo a un elemento que te imagines y que lo relaciones fácilmente con esta sensación. Elige otro elemento que represente la relajación. Cierra los ojos, tensa el cuerpo y lleva toda esa tensión hacia el elemento que te estés imaginando; destensa el cuerpo y lleva tu relajación hasta el elemento que hayas elegido para este momento.
- Técnicas de color. La técnica de tensar y relajar también funciona con colores. Elige una luz roja para representar la tensión o el dolor; una luz azul para la relajación. Comienza la práctica centrándote en el dolor del color rojo para, tiempo después, convertir tu cuerpo en una luminosa luz azul.
- Sendero. El sendero de la montaña es uno de los ejercicios más famosos de la visualización guiada. Con los ojos cerrados, deberás imaginarte en un lugar lejano que te proporcione relajación. Una vez tu mente se encuentre allí, imagina que hay un sendero o un valle en mitad de la montaña. Visualiza como comienzas a caminar por él y cuáles son las sensaciones que eso te provoca.
- Técnica del recuerdo. Cierra los ojos y lleva tu mente al comienzo del día. Piensa en todo lo que has hecho en esta última jornada y libera tus pensamientos y sensaciones. Piensa en aquellas sensaciones y bórralo del presente, ya son parte del pasado. Ve pensando en todos los momentos del día y liberando los pensamientos que lo engloban hasta llegar al presente, centrarte en ello y sentirte mucho más relajado para continuar.
- Técnica del silencio líquido. Imagina la calma como un líquido espeso de un color claro que te guste. Imagina que ese líquido está en tu cabeza llenándola de paz y tranquilidad. Observa cómo se mueve y se desliza por tu cabeza transmitiendo calma y relajación.Ahora visualiza como el líquido va bajando lentamente por tu cuerpo. Baja por el cuello hasta llegar a los hombros. Luego de los hombros hasta el pecho llegando hasta tu abdomen. Baja de tus caderas a tus piernas, llenándote de calma y descanso. Por último, llega a tus pies. Ahora te sientes como una gran bola líquida, suave y relajada. Disfruta de la sensación, permanece varios minutos respirando profundamente hasta que te apetezca ir volviendo a despertar.