Rematar de cabeza: entre la destreza y los riesgos para la salud cerebral
La acumulación de remates de cabeza se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas
Hay países que ya están prohibiendo este tipo de remates en categorías infantiles, y limitándolo para profesionales
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El remate de cabeza en el fútbol es una técnica imprescindible para los que practican este deporte, que además admirada por la habilidad y precisión necesarias para realizarla. Sin embargo, detrás de esta destreza se esconde una preocupación creciente: los riesgos para la salud cerebral de los jugadores. A continuación vamos a explorar los desafíos y consecuencias asociados con los impactos del balón en (y con) la cabeza, incluyendo los aspectos técnicos, los riesgos de lesiones y traumatismos cerebrales, y las medidas preventivas en juego.
El impacto repetitivo de un balón y sus efectos
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Un aspecto preocupante del remate de cabeza es que se produce con frecuencia, suponiendo un impacto repetido que sufre el cerebro. Aunque el cráneo ofrece protección, los golpes constantes pueden producir conmociones cerebrales y lesiones traumáticas, tanto a corto como a largo plazo. Estos impactos pueden provocar mareos, confusión, pérdida de conciencia y, con el tiempo, incluso trastornos neurológicos y problemas cognitivos.
La acumulación de estos golpes, especialmente en jugadores que rematan de cabeza con frecuencia, se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer y la encefalopatía traumática crónica (ETC).
Estudios recientes han profundizado en los efectos del remate de cabeza en el fútbol. Un estudio británico encontró una relación directa entre los remates de cabeza frecuentes y el desarrollo de trastornos cognitivos, incluyendo la demencia. La investigación, que analizó a 468 exfutbolistas profesionales británicos mayores de 45 años, reveló que aquellos que remataban de cabeza con más frecuencia presentaban más de tres veces el riesgo de deterioro cognitivo en comparación con los que lo hacían menos a menudo.
Otras investigaciones han corroborado estos hallazgos. Un estudio de la Universidad de Glasgow en 2019, que analizó las causas de fallecimiento de más de 7.500 futbolistas profesionales escoceses, determinó que el riesgo de morir a causa de enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson u otras formas de demencia era tres veces y medio más alto que lo normal. De forma similar, un estudio en Suecia con 6.000 futbolistas profesionales también concluyó que existía un mayor riesgo de desarrollar Alzheimer u otras formas de demencia.
La preocupación es aún mayor cuando se trata de jugadores jóvenes cuyos cerebros están aún en desarrollo. Los niños y adolescentes pueden ser más vulnerables a los impactos repetidos, lo que podría tener implicaciones a largo plazo en su desarrollo cognitivo y emocional. Es cierto que todavía se necesita más investigación para comprender bien los riesgos asociados con el remate de cabeza en jugadores jóvenes y establecer pautas de entrenamiento adecuadas.
Cambios en las reglas y enfoque en la seguridad
Ante estos riesgos, se ha dado el caso de que algunas organizaciones deportivas han comenzado a tomar medidas para tratar proteger la salud de los jugadores de todas las edades. Hay propuestas como limitar o prohibir el remate de cabeza en categorías inferiores, además de aumentar las sanciones por conductas que pongan en riesgo la integridad de los jugadores.
Estos cambios buscan un encontrar un equilibrio entre mantener la esencia del juego y proteger la salud de los jugadores. Es el caso de Estados Unidos, que ha prohibido los cabezazos a menores de diez años, o de Inglaterra y Escocia donde está prohibido antes de los 12 años. Además, en estos últimos países hay restricciones incluso para los profesionales del fútbol en los entrenamientos.
El cambio no puede referirse solo a los partidos, sino que también hay que explorar alternativas y técnicas de entrenamiento que reduzcan el riesgo de lesiones relacionadas con el remate de cabeza. Algunos entrenadores y expertos sugieren mejorar la técnica, fortalecer los músculos del cuello y la capacidad de anticipación para disminuir la necesidad de golpear la pelota con la cabeza.
Además, el desarrollo de balones de fútbol más seguros y la utilización de tecnologías de protección podrían ser también una de las medidas preventivas valiosas. Aunque limitar el remate de cabeza en los jóvenes podría parecer una solución, es importante considerar que los adultos rematan con más fuerza, lo que podría causar más daño al cerebro. Por tanto, se recomienda seguir practicando el deporte con las protecciones adecuadas.
En definitiva, rematar de cabeza en el fútbol es una habilidad admirada, pero su práctica no está exenta de riesgos para la salud cerebral. Los estudios científicos han demostrado una correlación clara entre los remates de cabeza frecuentes y el aumento del riesgo de trastornos cognitivos y enfermedades neurodegenerativas.
Las medidas preventivas y los cambios en las reglamentaciones deportivas son pasos importantes hacia la protección de la salud de los futbolistas, especialmente de los más jóvenes. Es crucial que la comunidad futbolística continúe evaluando y ajustando sus prácticas para garantizar la seguridad y el bienestar de todos los jugadores.