Con el yoga, el cuerpo, la respiración y la mente se conectan hasta tal punto que se logra mejorar la salud en general. Principalmente, se consigue dejar a un lado todo aquello que perturba y estresa a través de una serie de posturas físicas, acompañadas de inspiraciones y exhalaciones de aire y de la meditación. Una de estas prácticas es el yoga nidra que además permite ahondar aún más en la meditación preparando el cuerpo para que el sueño diario sea reparador. En Uppers le hemos pedido a un instructor que nos explique qué es el yoga nidra y cómo te ayuda a dormir mejor.
El yoga nidra es una técnica de meditación milenaria que empezó a practicarse en la India. También se conoce como yoga de los sueños ya que es un método de meditación consciente, que induce a una relajación mental y física. Para llevarla a cabo es imprescindible colocarse en una posición de descaso y, si no se es un experto, es necesario seguir las indicaciones de un instructor o guía. Al final, después de una sesión de entre 20 minutos y una hora aproximadamente se entra en un estado de relajación profunda.
En realidad, yoga nidra significa sueño yóguico, sin embargo, esta práctica no tiene el objetivo de dormirse sino, como se decía, persigue alcanzar un estado profundo de consciencia. Implica conectar con el subconsciente, de la misma forma que cuando se duerme, pero manteniéndose despierto. La meta es difícil pero se traspasa dejándose llevar y aprendiendo el camino gracias a las instrucciones de un guía o instructor. Después, aquel que lo necesite tiene la posibilidad de incorporarlo a su rutina para conciliar el sueño; la relajación total inevitablemente induce a quedarse dormido.
La clave para alcanzar esa relajación tan profunda y, si que se quiere, dormirse hasta el día siguiente, está en la savasana o la postura del cadáver que además es la que se suele adoptar para cerrar una sesión de yoga. Consiste en tumbarse boca arriba, separar las piernas a la altura de las caderas, retirar los brazos del cuerpo, rotar los hombros hacia el suelo, abrir el pecho y colocar las palmas de las manos hacia arriba. La posición hace posible que todo el cuerpo se relaje. Después, se cierran los ojos y se inicia la sesión, que es una especie de “introspección”.
Tal como explican los expertos, cuando no se cuenta con la ayuda de un instructor se puede seguir una grabación o una clase online. Lo ideal es practicar el yoga nidra a primera hora de la mañana o a última del día, escogiendo la segunda opción para quedar dormido profundamente. También ayuda hacerlo a la misma hora al igual que el entorno; debe estar tranquilo para evitar interrupciones y, por supuesto, guardar el móvil y silenciarlo. En cuanto al espacio, conviene que la habitación esté ventilada, pero sin corrientes de aire, y apagar las luces sin quedar a oscuras. Estas recomendaciones son las habituales de una sesión de yoga, al igual que intentar que la estancia sea siempre la misma porque ayuda a alcanzar esa relajación consciente.
La savasana no implica incomodidad sino todo lo contrario. En muchas personas acostarse boca arriba en una superficie plana les genera molestias. Por ello, conviene colocar una almohada detrás de la cabeza y otras dos almohadas o cojines bajo las rodillas. Esto permite que la parte baja de la espalda se apoye eliminando el hueco que queda en las lumbares, una posición que a veces provoca dolor. En caso de que además haya molestias en los pies también hay que poner otro cojín bajo su curvatura lo que alivia cualquier tensión.
Cuando se empieza la sesión, el experto avisa de que lo normal es que a la mente le asalten todo tipo de pensamientos y preocupaciones e incluso se repasa la agenda del día siguiente como en un intento de que no olvidar nada. Es lo lógico. El paso siguiente es dejar pasar todos esos pensamientos y tratar de “abandonarlos poco a poco”. Hay que centrarse en el presente con “el objetivo de analizar la energía que hay en ti para mejorar tu vitalidad”. A medida que avanza la sesión, siguiendo los pasos del guía, se percibe que determinadas partes del cuerpo se han ido relajando de tal manera que llegan a pesar como es el caso de los brazos, los pies o la espalda.
Los cojines alivian esa sensación y permiten que todo el cuerpo repose. Incluso se nota frío, así que hay que tener a mano una manta para taparse. El guía además recomienda no dormirse y permanecer consciente para poder disfrutar de los beneficios de la relajación. Sin embargo, sobre todo los inexpertos quedan vencidos por el sueño.
La práctica del yoga nidra y de cualquiera de sus tipos reporta importantes beneficios demostrados en los múltiples estudios que se han ido realizando. Los expertos, los que lo practican y dichas investigaciones aseguran que eleva la autoestima, mejora la hipertensión, ayuda a aliviar la ansiedad y a reducir el estrés. Con todo ello se duerme mejor y en consecuencia apacigua el cansancio crónico o el insomnio, lo que se debe a que el yoga nidra mejora los patrones y los mecanismos del sueño.
La causa de todos estos beneficios está en que “el estado de profunda meditación y relajación que se alcanza provoca que la mente reduzca al máximo su nivel de actividad”. Además, el bienestar que experimenta aquella persona que practica el yoga nidra es como una “especie de 'curación', ya que logra aliviar las cargas del subconsciente y resetea la mente”. Esta sensación de bienestar la provoca el aumento de la segregación de dopamina y de oxitocina “lo que ayuda a sentirnos más relajados y preparados para gestionar mejor cualquier situación estresante que se nos presente”.
Por otra parte, la práctica de yoga reduce la cantidad de cortisol en el cerebro, la hormona que se dispara ante situaciones estresantes, de modo que “contribuye a mantener a raya el estrés y todas las reacciones químicas asociadas a este”. Del mismo modo, mejora la concentración y con ello la memoria, la capacidad de aprendizaje, la motivación y la creatividad.