Inflammaging es un término que describe la inflamación crónica, de bajo grado y estéril que se desarrolla en individuos con edad avanzada. Se caracteriza por la falta de control sobre la inflamación sistémica, lo que resulta en una estimulación crónica del sistema inmunitario innato. Este fenómeno se considera un factor de riesgo significativo para la mortalidad y morbilidad en personas mayores de ambos géneros.
El inflammaging está asociado con varias enfermedades relacionadas con la edad, incluyendo enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas y metabólicas. La inflamación crónica desempeña un papel en el deterioro de varios sistemas del cuerpo y contribuye al proceso de envejecimiento general.
Uno de los efectos secundarios de este mal son la posibilidad de contraer infecciones de por vida causadas por agentes como el citomegalovirus y el virus de Epstein-Barr, que pueden influir en el SCI y la disfunción inmunológica. Estas infecciones crónicas pueden llevar a un envejecimiento prematuro del sistema inmune y están asociadas con cambios tempranos cardiovasculares y esqueléticos.
El músculo esquelético actúa como un órgano endocrino, liberando citoquinas y miocinas en el torrente sanguíneo, especialmente durante la contracción muscular, lo que puede reducir sistemáticamente la inflamación. La baja actividad física se ha relacionado directamente con una mayor resistencia anabólica y niveles elevados de CRP y citoquinas proinflamatorias.
La obesidad puede conducir al SCI a través de mecanismos mediados por el microbioma intestinal. Cambios en la composición del microbioma intestinal y la permeabilidad intestinal aumentada están asociados con la obesidad y pueden ser una causa de inflamación.
La dieta típica en muchos países, baja en frutas, vegetales y alimentos ricos en fibra y prebióticos, y alta en granos refinados, alcohol y alimentos ultraprocesados, puede alterar la composición del microbioma intestinal y aumentar la permeabilidad intestinal, causando endotoxemia y SCI de bajo grado. Además, deficiencias en micronutrientes, como el zinc y el magnesio, y niveles subóptimos de omega-3 pueden promover la inflamación y contribuir al desarrollo de SCI.
Las causas de inflammaging son de lo más diversas y puede deberse, por ejemplo, a un declive del control inmunológico. Con la edad, el control y la modulación del sistema inmunitario se vuelven menos precisos. La cantidad de linfocitos producidos disminuye y cambia la composición y calidad del grupo de linfocitos maduros. Esto lleva a un aumento en fenotipos proinflamatorios.
Otra posible causa es la sobre-activación del inflamasoma, un complejo de proteínas sensoras, contribuye a la secreción de citoquinas proinflamatorias. Además, con la edad, hay una acumulación de especies reactivas de oxígeno que daña el ADN, los lípidos y las proteínas.
También un posible culpable mas son las células senescentes que secretan una mezcla proinflamatoria de químicos. Además aumenta la acumulación de proteínas dañadas con la edad, con lo que se produce mayor inflamación.
Existen diversas posibles estrategias que nos pueden ayudar a prevenir o mitigar el inflammaging:
En resumidas cuentas, la inflamación crónica no es una señal de alarma de por sí, ya que se trata de un proceso que hasta cierto punto está unido al avance de la edad. Eso sí, no deja de ser incómodo y molesto, y podemos sumar puntos para evitarlo en la medad de lo posible siguiendo una serie de patrones que se podrían resumir en llevar una vida activa y sana.