El envejecimiento ha ido cambiado a lo largo de las décadas, ahora es mucho más activo que hace 20 o 30 años gracias a unos cambios en los hábitos de vida, costumbres o por tener una perspectiva del envejecimiento diferente a la de antes. Sin embargo, todos cumplimos años y, durante ese proceso, la salud se ve afectada, tanto la física como la mental, por eso hay que poner ahí la perspectiva, ya que la población mayor de 60 años no para de crecer en todo el mundo para así hacer frente a los desafíos en cuanto a salud y asistencia.
La misma Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene un ojo puesto en ello porque tal y como destacan “la mayor parte de la población tiene una esperanza de vida igual o superior a los 60 años”. No obstante, también recuerdan que, si bien el envejecimiento “es el resultado de la acumulación de una gran variedad de años moleculares y celulares que llevan a un descenso gradual de las capacidades físicas y mentales, a un mayor riesgo de enfermedad, y a la muerte”, la vinculación con la edad no deja de ser relativa, ya que se asocia más a la jubilación, la vivienda o el fallecimiento de amigos y parejas.
Una esperanza de vida mayor también supone tener más oportunidades para las personas y para el conjunto de la sociedad, emprendiendo nuevas actividades o profesiones, así como retomar aficiones que habían quedado aparcadas o empezar o continuar con los estudios. Ahí tener una buena salud es clave para ello.
No obstante, la OMS establece que existen muchas personas que llegan a la vejez con “unas facultades físicas y psíquicas similares a las de muchos treintañeros. Otras personas, en cambio, sufren un deterioro considerable a edades mucho más tempranas”. Pero para llegar bien a los 80 deben entrar en juego diferentes factores físicos y sociales, además de que la OMS también defiende que la sociedad y el personal sanitario debe “hacer frente a actitudes edadistas que pueden dar lugar situaciones de discriminación” e impedir un envejecimiento saludable.
¿Cómo acercarse a ese envejecimiento saludable del que habla la OMS? La misma institución da los factores que son clave para lograrlos. La genética tiene un papel fundamental, pero también aquellos factores relacionados con el entorno físico y social o características personales.
“Mantener hábitos saludables a lo largo de la vida, en particular seguir una dieta equilibrada, realizar actividad física con regularidad y abstenerse de consumir tabaco, contribuye a reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles, mejorar la capacidad física y mental y retrasar la dependencia de los cuidados”, sostiene la OMS.
En todo caso, la institución también establece que es necesario crear entornos propicios para un envejecimiento activo y saludable. Para ello es necesario que exista una “disponibilidad de edificios y transportes públicos seguros y accesibles, así como de lugares por los que sea fácil caminar”. La actividad física adaptada a las circunstancias individuales, una dieta equilibrada, mantener buenas relaciones, un descanso óptimo y el aprendizaje continuo permitirán envejecer bien y llegar a los 80 en un estado físico y mental saludable.