Beethoven no podía empezar su día sin una taza de aromático café. El compositor tenía una manía al beber su infusión: la hacía con solo 60 granos para cada taza (más o menos ocho gramos de interés molido). Después filtraba el líquido resultante en una cafetera de vidrio creada por él mismo. Según decía entre sus conocidos, beber ese café era todo lo que necesitaba para desatar su creatividad.
La afición por el café no es exclusiva del músico alemán. Ha sido también la bebida favorita de grandes genios como Juan Sebastian Bach, Voltaire (ostenta el récord cafetero: 40 tazas al día), Balzac o, en nuestro siglo, personalidades como el cineasta David Lynch, quien, según admite, bebe al día entre cuatro y siete tazas de café con mucha azúcar.
Desde hace unos años, al tiempo que la nutrición iba integrándose como una parte más de las ciencias de la salud, el café ha tenido adeptos y detractores. Para otros especialistas en longevidad, como Valter Longo, en cambio, es un alimento neutro. Según afirma este experto, el estado físico de cada persona es lo que debe limitar o no la ingesta de esta infusión. A los hipertensos y con problemas de sueño, no les viene bien, en principio, pero no hay nada que desaconseje la ingesta en líneas generales.
Hoy quien da un paso al frente a favor del café es la Facultad de Medicina de Harvard de la mano del profesor Sanjiv Chopra, experto en longevidad y felicidad, y autor del libro 'Café el elixir mágico' (Larousse). En su opinión, tomar un café es lo más increíble que podemos hacer para celebrar la vida, interaccionar con los demás y disfrutar del momento presente, una de las bases de la felicidad.
Según los expertos de Harvard, el café es un nuevo elixir de la longevidad. Entre los beneficios, se ha descubierto que las personas que toman café tienen un riesgo menor de padecer los tipos de cánceres más comunes, así como otras enfermedades de gran prevalencia como la cirrosis, la diabetes tipo 2 y la enfermedad de Parkinson.
Según explica Chopra en su libro, las personas que beben café, hacen ejercicio, meditan y siguen la dieta mediterránea tienen mayor longitud de los telómeros (la parte final de los cromosomas), uno de los marcadores más importantes de longevidad. En esta ecuación que arroja años de vida, la cafeína no es el factor más importante, sino los polifenoles, sustancias presentes también en el aceite, el cacao, las uvas o los frutos rojos, que tienen, entre otros, efecto cardio-protector. El genio de Beethoven ya parecía saberlo.