Alejandro Iranzo, neurólogo: “El párkinson puede empezar con el trastorno del sueño”
El experto en sueño del Hospital Clínic de Barcelona afirma que el buen o mal descanso da pistas sobre el estado de salud
"Dormir es como una papelera de reciclaje, con recuerdos que tiras y otros que almacenas", asegura el neurólogo
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Decía Borges que "dormir es distraerse del mundo", y no podía tener más razón, sobre todo de un mundo como el actual, en el que cada vez sacrificamos más horas de almohada en favor del trabajo, la familia o compromisos varios. El caso es que el sueño, o la falta de él, nos da pistas relevantes sobre nuestro estado de salud. Hay incluso pesadillas que esconden patologías latentes.
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El doctor Alejandro Iranzo, neurólogo del Hospital Clínic de Barcelona, es uno de los referentes del estudio del sueño en nuestro país. Su equipo descubrió que el trastorno de conducta del sueño REM puede dar los primeros indicios de un párkinson. En una entrevista a 'El País' explica que a los cinco años del diagnóstico de ese trastorno "el 25% desarrolla enfermedad de párkinson; y a los 10 años, es el 75%. Es el comienzo de la enfermedad de párkinson o de demencia, que, en vez de empezar con problemas de memoria o con temblor, empiezan con el trastorno del sueño”.
El trastorno de conducta del sueño REM
Básicamente este trastorno se caracteriza por conductas motoras vigorosas durante el sueño, pesadillas y ausencia de relajación muscular. El paciente se siente amenazado o atacado por personas o animales. Durante estos sueños el individuo es capaz de visualizarse defendiéndose o atacando a sus agresores. Afecta sobre todo a hombres de más de 50 años.
"Cuando estamos durmiendo en la fase REM estamos paralizados. El cerebro le dice al músculo que no se mueva porque estás soñando. Pero hay personas a las que esa parte del cerebro no les funciona y con lo que sueñen, que son pesadillas, se pueden mover: hablan, gritan, pegan patadas, se caen de la cama, insultan…", subraya. Esa conducta, normalmente breve, compleja y vigorosa, puede provocar lesiones, tanto al paciente, como al compañero de cama.
Los efectos de dormir poco o mal
A corto plazo, el dormir poco o mal va a provocar que al día siguiente nuestro rendimiento sea menor. Estaremos más irritables, deprimidos o ansiosos. Pero el experto advierte que a largo plazo esto va a estar directamente asociado "con obesidad, hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia, algunos tipos de cáncer y algunas enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer". Por eso destaca tanto la importancia del descanso.
¿Y qué es dormir bien? Primero, [hay que mirar] la cantidad del sueño: intentar marcarte entre siete y nueve horas. Y saber que si estás durmiendo más de 10 horas algo pasa y si duermes menos de 6, también", explica Iranzo. "Después, [hay que ver] la calidad del sueño, que la puedes inferir o estimar simplemente cuando te despiertas: si te despiertas con un sueño reparador, como si hubieras cargado las pilas", continúa. Al fin y al cabo, dormir "es como una papelera de reciclaje, con recuerdos que tiras y otros que almacenas".
Una epidemia de falta de sueño
El problema es que "hay una epidemia de falta de sueño" en nuestra sociedad. Ya sea por el estrés, la angustia o la ansiedad de la vida contemporánea hemos ido perdiendo horas de sueño. El 24% de la población duerme menos de lo recomendable. "Ahora dormimos, de media a la semana, seis horas menos que hace 18 años y si lo comparamos con hace 25 años, pues todavía dormimos mucho menos", indica. Y, ojo, que dormir demasiado también es señal de que algo no va bien: "Aunque duermes las horas que tocan por número, no son de buena calidad".