Aunque es una bebida que se consume desde hace relativamente poco, lo cierto es que la kombucha es una bebida milenaria que, además, tiene múltiples efectos sobre la salud. Hace 2000 años se la consideraba como el elixir de la eterna juventud y, durante generaciones, se ha elaborado de forma casera, transmitiendo su receta de generación en generación, para así prevalecer a lo largo del tiempo.
Es una bebida no alcohólica y con burbujas que se prepara a base de té fermentado. De acuerdo con National Library of Medicine, tiene bacterias beneficiosas y fitoquímicos con propiedades antimicrobianas y antioxidantes, especialmente cuando se elabora con té verde. Unos compuestos que pueden ser más beneficiosos para la salud que los propios suplementos alimenticios.
Para muchos, la kombucha es considerada un probiótico: microorganismos vivos que confieren un beneficio a nuestra salud. “Normalmente son bacterias de los géneros lactobacillus, bifidobacterias y algún hongo”, indica Olalla Otero, doctora en Biología por la Universidad de Vigo en una entrevista en 'La Voz de la Salud'.
La especialista hace hincapié en que es importante que estos microorganismos estén vivos, porque si no es así, no se pueden considerar probióticos; al igual que es fundamental que se encuentren en una cantidad suficiente. "Otro punto importante es que esté demostrado su efecto beneficioso sobre la salud porque encontramos en el mercado multitud de formulaciones probióticas que realmente no tienen una acción demostrada en nuestro cuerpo", añade.
Un estudio reciente, publicado en PLOS Genetics, y basándose en animales, ha descubierto que las bacterias y otros microorganismos de la kombucha fomentan cambios intestinales en el metabolismo de las grasas que desencadenan efectos beneficiosos similares a los del ayuno. Aunque sus resultados no son extrapolables al ser humano, lo cierto es que sientan un precedente e invitan a continuar con las investigaciones.
Son muchos los estudios que han mirado bajo la lupa los efectos de esta bebida y muchos de ellos aseguran que sus beneficios provienen de los probióticos que contiene.
Robert Dowen, de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill (Estados Unidos) y sus colaboradores, investigaron cómo estos microorganismos benefician al metabolismo tras alimentar con ellos a gusanos C. elegans. Concluyeron que las levaduras y las bacterias de la kombucha colonizan los intestinos y fomentan cambios metabólicos similares a los que ocurren durante el ayuno, pues alteran directamente la expresión de genes involucrados en el metabolismo de las grasas, lo que genera más proteínas que descomponen grasas y, al mismo tiempo, reducen la cantidad de proteínas dedicadas a construir un tipo de molécula de grasa poco saludable cuando está elevada: los triglicéridos.
Los autores aseguran que "nos sorprendió descubrir que los animales que consumían una dieta basada en los microbios probióticos que se encuentran en la kombucha mostraban una acumulación reducida de grasa, niveles más bajos de triglicéridos y gotas lipídicas (un orgánulo que almacena los lípidos de las células) más pequeñas en comparación con los animales nutridos con otras dietas”, precisamente por eso consideran que es necesario seguir investigando los efectos de esta bebida en los seres humanos.
La farmacia FarmaZara explica que la kombucha cuenta con propiedades antioxidantes, desintoxicantes, antisépticas y adelgazantes con múltiples beneficios como: