Viagra, el célebre medicamente que se conoce científicamente como sildenafil, es un fármaco que se utiliza principalmente para tratar la disfunción eréctil en los hombres, mejorando el flujo sanguíneo hacia el pene para facilitar la obtención y el mantenimiento de una erección durante la excitación sexual. Sin embargo, más allá de su propósito principal, el efecto de Viagra en la frecuencia y calidad de la eyaculación ha generado cierto interés y una pizca de controversia.
La viagra puede tener un impacto positivo en la experiencia sexual de los hombres, incluyendo una mejora en la satisfacción de los orgasmos y una reducción en el tiempo de recuperación entre eyaculaciones. Esto significa que, aunque el promedio de orgasmos con eyaculación durante el acto sexual es generalmente de uno, Viagra puede facilitar la obtención de una nueva y segunda erección, acompañada de su respectivo orgasmo con mucha más facilidad que sin este medicamente, al disminuir el período refractario. Esto es el tiempo necesario para recuperarse después de un orgasmo antes de poder alcanzar una erección nuevamente y poder volver a la 'batalla' en plenitud de condiciones.
Es importante señalar que, aunque la Viagra puede ayudar a mejorar la erección, su efecto en la eyaculación precoz (EP) es mucho más complejo. La eyaculación precoz se define como una condición en la que el orgasmo y la eyaculación ocurren con mínima estimulación sexual antes de lo deseado, pudiendo llegar a causar malestar y problemas en las parejas.
En hombres con problemas de erección que experimentan eyaculación precoz secundariamente, la Viagra puede ser útil para mejorar la erección y, consecuentemente, el tiempo de coito. Sin embargo, su efecto directo en el control sobre la eyaculación puede no ser significativo para todos los hombres, especialmente en casos de eyaculación precoz primaria, donde el control del momento del orgasmo es el desafío principal a superar por las personas que lo sufren.
La Viagra es un medicamente que se puede considerar generalmente como seguro para la gran mayoría de los hombres, pero puede tener efectos secundarios. Los más comunes , pero en ningún caso obligatorios, incluyen dolor de cabeza, congestión nasal, enrojecimiento facial, y alteraciones visuales como percepción anormal del color o visión borrosa. Estos efectos son usualmente leves y además temporales, y están relacionados con el aumento del flujo sanguíneo en ciertas zonas del cuerpo. Por supuesto, aunque no revistan gravedad, es importante estar informado sobre ellos en caso de tomar dicho medicamento.
La pastillita azul que es la Viagra no es el único medicamento utilizado en el tratamiento de disfunciones sexuales. Cialis y Levitra también son opciones habituales, teniendo cada uno de ellos sus propias características y ventajas. Algunos estudios sugieren que estos medicamentos pueden ofrecer beneficios similares a la Viagra en términos de control de la eyaculación y satisfacción sexual.
En particular, se ha observado que hombres que usan estos medicamentos informan sentirse más en control de sus eyaculaciones y con ello disfrutar de una mayor satisfacción en las relaciones sexuales. Además, el tiempo para recuperarse y estar listos para una nueva actividad sexual después de la eyaculación puede quedar también significativamente reducido.
En resumidas cuentas, aunque la Viagra y otros medicamentos para la disfunción eréctil pueden mejorar la experiencia sexual en varios aspectos, incluyendo potencialmente la frecuencia y calidad de la eyaculación, es fundamental consultar con nuestro médico habitual para recibir un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento personalizado. Estos medicamentos no son apropiados para todos los hombres y su uso debe ser evaluado y realizar un seguimiento del mismo por parte de un médico, especialmente para aquellos con condiciones de salud subyacentes o que están tomando otros medicamentos.