Se estima que, si juntásemos todas las venas del cuerpo humano, nos daría para dar dos vueltas y media alrededor del mundo. En total, tenemos unos 100.000 kilómetros de venas en el cuerpo.
En el cuerpo humano hay tres tipos de vasos sanguíneos: venas, arterias y capilares. Las venas son las que regresan la sangre al corazón, las arterias las que llevan la sangre del corazón al resto del cuerpo y los capilares conectan las arterias y las venas, permitiendo el intercambio de oxígeno, nutrientes y desechos entre la sangre y los tejidos. Los capilares tienen paredes muy delgadas, lo que facilita el intercambio de sustancias a través de ellas.
Nuestro cuerpo está lleno de curiosidades, una de ellas es el color de las venas, pues, aunque las vemos azules a través de nuestra piel, y van llenas de sangre roja, en realidad ninguno es el verdadero color de nuestras venas.
Parecen azules a través de la piel por un simple efecto óptico, debido a las longitudes de onda de los diferentes colores. Nuestra piel refleja más luz roja que azul, aunque este reflejo se hace más fuerte alrededor de las venas, haciendo que éstas aparezcan de una tonalidad más oscura que nuestros ojos interpretan como el color azul.
Desde Texas Vein & Wellness Institute aseguran que la razón principal por la que las venas se ven azules es la forma en que las longitudes de onda de la luz inciden en la piel. La luz blanca puede transportar colores y ondas de distinta longitud. El rojo es el que puede viajar más lejos. Las ondas violetas son las más cortas, y todos los demás colores se sitúan en algún punto intermedio.
Por lo tanto, las longitudes de onda rojas pueden viajar más lejos que las azules para ir por debajo de la superficie cuando la luz incide en la piel. La luz roja es absorbida por la hemoglobina de la sangre, tiñendo de rojo la sangre interna. Como las longitudes de onda azules no viajan tan lejos, el color no se absorbe de la misma manera. El resultado es la aparición de venas azules o verdes desde la superficie.
Las venas son los únicos vasos que podemos ver desde la superficie de la piel porque son más grandes, tienen paredes más finas y son menos profundas que las arterias o los capilares.
Otros factores como la temperatura corporal, pueden influir en la visibilidad de las venas. Cuando el cuerpo está caliente, los vasos sanguíneos se dilatan, haciéndolos más prominentes. Por el contrario, en condiciones de frío, los vasos sanguíneos se contraen, lo que reduce su visibilidad.
Las enfermedades venosas pueden causar un aspecto irregular de las venas y síntomas molestos. La insuficiencia venosa crónica puede desarrollarse cuando las venas no funcionan correctamente y obstruyen el flujo sanguíneo. Los síntomas más comunes de la enfermedad venosa son los siguientes
Entre las enfermedades más comunes encontramos las arañas vasculares, las venas varicosas y la trombosis venosa profunda. Según Texas Vein & Wellness Institute las arañas vasculares son pequeñas venas superficiales que aparecen en la superficie de la piel. El reflujo venoso invierte el flujo sanguíneo y acumula la sangre en las piernas, provocando la expansión de estas pequeñas venas. Ssuelen aparecer con la edad, pero también pueden indicar la presencia de otros problemas venosos.
Por el contrario, las venas varicosas son venas dilatadas y agrandadas que se vuelven moradas. Se desarrollan cuando las válvulas del sistema circulatorio y las venas funcionan mal. La función principal de una vena es transportar la sangre al corazón, pero las varices detienen la sangre y la acumulan en la parte inferior de las piernas. Por último, la trombosis venosa profunda se produce cuando una vena profunda desarrolla un coágulo de sangre. Puede producirse en las piernas, la pelvis o los brazos. Sin embargo, puede producirse una embolia pulmonar o un accidente cerebrovascular si el coágulo se desplaza a los pulmones o al cerebro.