Dormir es uno de los pilares de nuestra vida y de nuestra salud. Una mala calidad del sueño, aunque en un principio no se puedan notar sus consecuencias, va repercutiendo en nuestro organismo de forma negativa. Un buen descanso es fundamental, pero a veces sentimos que dormimos lo suficiente, pero al despertarnos seguimos igual, o incluso más, cansados que la noche anterior cuando te fuiste a la cama. ¿Por qué ocurre esto? Carla Estivill, experta en calidad del sueño, ha explicado la razón por la que pasa, que es algo cada vez más común.
En una entrevista con Uri Sabat la experta señala que una causa principal de que nos sintamos cansados nada más despertarnos puede deberse a una interrupción de las fases más profundas del sueño y de lo que en la mayoría de las ocasiones no nos damos cuenta ni somos conscientes de ello.
Cada noche todas las personas pasamos por diferentes fases del sueño. La primera es la vigilia y luego “entramos en una fase superficial cuando comenzamos a relajarnos hasta caer en las fases más profundas, donde ocurre la reparación física más importante”, explica Estivill.
El problema viene cuando algo interrumpe las fases más profundas, devolviéndonos a un sueño más superficial que impide que tengamos un descanso reparador. Entre esas fases destaca la fase REM, cuando se produce la reparación mental. En ella no solo se producen los sueños, sino que también se consolidan los aprendizajes del día y los recuerdos.
No es la fase más profunda, pero es imprescindible para poner orden a los pensamientos e ideas y que el cerebro pueda deshacerse de la información que no necesita. “Por la noche es cuando estamos consolidando recuerdos, aprendizajes, y también limpiando toxinas acumuladas”, puntualiza al considerar que el suelo es un proceso de limpieza interna.
De esta manera, Carla Estivill señala que es muy probable que cuando una persona se despierta cansada pese a parecer que se ha tenido un buen descanso, lo más posible es que no se esté entrando el tiempo suficiente en las fases más profundas del sueño o que tampoco se está pasando lo necesario en la fase REM.
Por eso mismo, indica que, si pese a dormir no se siente que se descanse, hay que poner el foco en buscar nuevas fórmulas para mejorar la higiene del sueño para lograr un descanso verdaderamente reparador. No por pasar más horas en la cama se descansa más, por lo que hay que trabajar para que el cuerpo sea capaz de entrar en las fases más profundas del sueño y que estas no se ven interrumpidas, lo que implicaría volver a las fases más superficiales que no logran que alcancemos un buen descanso.