No solo en menopausia: las siete enfermedades que puede haber tras los sudores nocturnos
Muchas personas sufren hiperhidrosis o sudoración excesiva sin patología previa, pero si de repente empiezas a sudar por la noche puede haber un problema de salud
Los trastornos de ansiedad, problemas de azúcar o de tiroides pueden ser la causa subyacente de los sudores nocturnos
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Despertarse en medio de un charco de sudor en plena noche puede ser alarmante. Muchas personas sufren hiperhidrosis (sudoración excesiva) sin una causa específica ni nigún problema de salud. En ese caso, sudar por la noche forma parte de su dinámica habitual.
También en menopausia
El climaterio, cuando se deja producier estrógeno y progesterona, es otra etapa en la que es habitual padecere sudores nocturnos. Se estima que hasta el 75% de las mujeres menopaúsicas desarrollan sudores nocturnos, por lo que se considera un efecto secundario completamente normal del proceso, junto a otros como la sequedad vaginal, los sofocos diurnos, los escalofríos, los problemas de sueño, los cambios drásticos en el estado de ánimo, la pérdida de volumen en los senos y la redistribución de la grasa corporal hacia la cintura y el abdomen.
Fuera de estas causas, como explica la Clínica Mayo, los sudores nocturnos pueden ser indicio de algunas enfermedades.
Estrés y trastornos de ansiedad
Sentir algo de estrés ante situaciones que percibimos como desafiantes es completamente normal. De hecho, es el impulso que necesitamos para la acción. A ese tipo de estrés se le conoce como estrés bueno. Sin embargo, cuando esta sensación se mantiene en el tiempo da lugar a otros trastornos relacionados con la ansiedad. El cortisol es la hormona invlucrada en el estrés y ansiedad. Cuando tenemos niveles altos de cortisol entramos en un proceso inflamatorio, antesala de la enfermedad.
Más del 33% de la población global se ve afectada por un trastorno de ansiedad a lo largo de su vida. El trastorno de ansiedad generalizado (TAG), el trastorno de pánico, el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) son algunos de los más comunes dentro de este grupo. Una mente hiperactivada en el momento de dormir también nos hace estar en estado de alerta fisiológica, lo que puede producir sudores nocturnos.
Hipertiroidismo
Este trastorno se da cuando la glándula tiroides, ubicada en la base de la parte frontal del cuello, produce más hormonas tiroideas de las que necesitamos. Entre las causas que pueden producir la enfermedad, los nódulos tiroideos, la tiroiditis y el consumo excesivo de yodo.
El hipertiroidismo implica un aumento del metabolismo, lo que incrementa la temperatura del cuerpo. Por ello, la sudoración nocturna, la intolerancia al calor y las palmas de las manos húmedas son síntomas comunes de esta patología.
Hipoglucemia
Cuando el cuerpo no logra retener suficiente azúcar en la sangre se produce hipoglucemia. Es una enfermedad poco frecuente que ocurre cuando hay una ingesta excesiva de alcohol, en dietas muy restrictivas, si hay una producción excesiva de insulina o ante enfermedades graves.
En las personas diabéticas la hipoglucemia es más habitual al tomar medicación para mantener baja el azúcar. En este caso, la sudoración nocturna va a acompañada de palidez, temblores, dolor de cabeza, naúseas y aturdimiento.
Algunos tipos de cáncer
No es la enfermedad subyacente más habitual, pero sí puede darse en algunas ocasiones. La sudoración nocturna puede estar asociada a algunos tipos de cáncer como los tumores carcinoides, leucemia, linfoma, cáncer óseo, cáncer de hígado y mesotelioma. A veces también están relacionados con los tratamientos de quimioterapia, cirugía o radioterapia.
Infección por VIH
Los sudores nocturnos son comunes en la fase aguda del VIH y se acompañan de otros signos clínicos similares a los de una gripe, como fiebre, escalofríos, diarrea e inflamación de los ganglios linfáticos. Tras esta etapa, y si no hay tratamiento, se evoluciona a un estadio crónico en el que la enfermedad progresa de forma asintomática.
El exceso de sudor durante el sueño también puede ser indicio de SIDA, la úlitma fase del VIH, pero con un buen diagnóstico y tratamiento no hay por qué llegar a ese extremo. Lo fundamental en este caso es acudir al médico en cuanto se detecte algo distinto al patrón habitual de descanso.
Tuberculosis
La tuberculosis (TB) es una infección originada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis. Este germen ataca de forma frecuente a los pulmones, pero también se puede expandir a órganos como el cerebro, los riñones o la columna vertebral. Entre los síntomas vinculados a la tuberculosis, la tos persistente, dolor en el pecho, esputos sanguinolentos, escalofríos, fiebre y falta de apetito.
Alcoholismo
Más de 200 enfermedades están asociadas al consumo crónico de alcohol. Hasta el 5,3% de las muertes anuales a nivel mundial están relacionadas con el alcoholismo. Las bebidas alcohólicas afectan al sistema nervioso y provocan cambios en la presión arterial, el ritmo cardiaco y la temperatura corporal. Los sudores nocturnos pueden ser el resultado tanto de la abstinencia como de la intolerancia al alcohol.