¿Beber agua de mar tiene beneficios? "Con un chupito al día es suficiente"

La salud y el bienestar del ser humano están íntimamente ligados a la naturaleza. En este sentido, el agua de mar se perfila como una fuente de vitalidad gracias a su riqueza en minerales y oligoelementos biodisponibles porque, tal y como indican los expertos, hidratarse no consiste simplemente en beber agua. Consiste en beber agua con minerales y no hay mejor agua mineral que el agua de mar.

Laia Torres, terapeuta especializada en agua de mar, ha dedicado años al estudio de esta fuente inagotable de beneficios para el ser humano y no ceja en su empeño de desmitificar ciertas creencias y destacar su valor en la salud y la nutrición.

Nadie mejor que ella para guiarnos en este camino hacia la comprensión de cómo algo tan presente en nuestras vidas como el mar puede reportarnos tanto y aún no lo hemos explotado como deberíamos. Poco a poco se va encontrando en los lineales de los supermercados, aunque su venta se produce generalmente a través de la red.

El agua de mar se está popularizando ahora, pero lleva consumiéndose mucho tiempo. De hecho, hay perfiles de la sociedad que la incluyeron en su dieta hace años. Es el caso de los deportistas de élite, que la beben tanto en entrenamientos como en competición (ya se encuentra en los avituallamientos de carreras de ultradistancia o triatlones) para evitar la deshidratación y los calambres. No en vano, hace ya tiempo que se viralizó una imagen de Rafa Nadal consumiendo agua de mar durante un partido.

El agua de mar es una fuente rica y natural de minerales y oligoelementos esenciales para la salud humana. Su biodisponibilidad la convierte en una opción superior a muchas fuentes minerales convencionales. A medida que más estudios y testimonios apoyan su uso, el agua de mar sigue ganando reconocimiento como una herramienta valiosa para la hidratación, el reequilibrio metabólico y la salud general. Como dice Laia: "Podemos dar a nuestro cuerpo una composición idéntica a nuestra matriz extracelular, en una proporción isotónica, que nos aporta todos esos nutrientes básicos que necesita la célula".

¿Qué aporta?

El agua de mar no solo es una herramienta poderosa para la salud, sino también un recordatorio de la importancia de volver a lo natural y aprovechar los recursos que el planeta nos ofrece de manera sostenible y consciente.

Así, a diferencia de otras fuentes, aporta todos los minerales y oligoelementos en una forma biodisponible, es decir, completamente asimilable por nuestro organismo. Laia nos lo explica: "En la cadena alimenticia estamos arriba del todo y no somos capaces de hacer biodisponibles los minerales inorgánicos directamente. Esa tarea la realizan los vegetales a través de la fotosíntesis y otros organismos marinos mediante el proceso de biocenosis marina".

Sigamos con la explicación a nivel científico pero accesible: “Los minerales en el agua de mar actúan como coenzimas y catalizadores, mejorando la absorción de otros nutrientes y la flexibilidad metabólica. Cuando tienes todos esos minerales, el cuerpo sabe qué hacer con cada uno de ellos. Proporcionar demasiado de uno e inhibir otro puede causar carencias".

Cuando tienes todos esos minerales, el cuerpo sabe qué hacer con cada uno de ellos. Proporcionar demasiado de uno e inhibir otro puede causar carencias

Pero, ¿en qué se traduce todo esto? Veámoslo con un ejemplo. “Hay una correlación entre la pérdida de líquido orgánico y mineral con el envejecimiento prematuro y la reposición automática de estos elementos nos la puede proporcionar el agua de mar", apunta Laia.

Conviene mencionar también que los minerales presentes en el agua de mar son esenciales para el buen funcionamiento del sistema nervioso central y el sistema inmunológico. "El calcio y el magnesio influyen en los procesos del sistema nervioso, ayudando a mantener un estado de relajación y calma," explica. “Además, elementos como el zinc y el selenio tienen propiedades antioxidantes que reducen los efectos nocivos sobre los nervios y refuerzan el sistema inmunitario”, añade.

Consumo en el día a día

Pero, ¿cómo se consume? Obviamente, hay que seguir unas pautas. Laia recomienda una ingesta diaria controlada de agua de mar. "La proporción mínima es un chupito al día, de 20-30 mililitros, y un máximo de tres chupitos. Se puede tomar sola o mezclada con agua (una parte de agua de mar por tres de agua normal), dependiendo de las necesidades individuales".

Para personas con hipertensión o enfermedades renales y cardíacas, Laia sugiere mezclar el agua de mar en una proporción isotónica para evitar cualquier contraindicación. "La solución isotónica es ideal porque no tiene contraindicaciones ni interacciones".

El agua de mar también puede utilizarse como sustituto de la sal en la cocina, siendo especialmente beneficiosa para personas hipertensas. "La sal común tapa el sabor, mientras que el agua de mar realza los sabores de los alimentos", comenta Laia.

A pesar de sus beneficios, el agua de mar no siempre ha contado con la aceptación que merece. "Hay tantos estudios que corroboran sus beneficios que te quedas alucinado. Los japoneses, los americanos... Hay mucha información desde hace mucho tiempo, como la que dejó escrita René Quinton (biólogo francés fallecido en 1925)", afirma Laia.

“El trabajo de René Quinton en el siglo pasado demostró el valor terapéutico del agua de mar. Sus descubrimientos sobre suero fisiológico basado en agua de mar isotónica sentaron las bases de su uso en medicina hasta la década de 1980”, continúa.

Laia insiste en este aspecto, ya que lo considera fundamental. La ciencia debe respaldarlo todo. Si no, no tendría sentido. “La comunidad científica real tiene claro que el agua de mar es el mejor complemento mineral que hay si se recoge a través de un buen protocolo y se asegura la biodisponibilidad de los elementos. Por eso todos los estudios se refieren a agua de mar de profundidad”, explica.

La comunidad científica real tiene claro que el agua de mar es el mejor complemento mineral que hay si se recoge a través de un buen protocolo y se asegura la biodisponibilidad de los elementos

No toda sirve

Ella misma añade: “No se puede recoger agua de mar en cualquier sitio ni de cualquier forma. Por supuesto, imposible en la costa porque es donde el ser humano tira toda su mierda. Hay que captar el agua en vórtices marinos donde se forman grandes concentraciones de plancton, que transforma los elementos minerales en biodisponibles y hay que hacerlo a entre 20 y 60 metros de profundidad".

Todos los estudios de Laia terminaron por derivar en lo que ahora mismo es ‘Ibiza y Formentera Agua de Mar’, una empresa familiar que se dedica a la captación de agua de mar en alta mar, en lugares privilegiados por su alta estabilidad en la composición de minerales.

La calidad del agua de mar de Ibiza y Formentera está garantizada por las praderas de posidonia, reconocidas por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en 1999. "Las praderas de posidonia son los pulmones del Mediterráneo y un indicador de la pureza del agua. El proceso de captación y ultrafiltración en frío asegura que el agua de mar conserva todas sus propiedades naturales. Además, no utilizamos materiales que puedan modificar la composición química del agua, garantizando así una calidad máxima," destaca Laia, que nos explica el proceso de recolección y tratamiento.

“Sólo se puede recoger en barco y nosotros utilizamos una sonda paramétrica que nos arroja ciertos valores. Una vez las condiciones son idóneas se recoge el agua con una manguera y una bomba que funciona con energía solar. Se almacena en contenedores y se transporta luego en camiones con cámaras frigoríficas. Allí se hace un prefiltraje y luego se hace la microfiltración y se pasa por ultravioleta para que el agua sea completamente estéril. Tiene que ser agua con sales minerales. Nada más”, asegura.

“Sanidad nos hace docenas de controles y en 12 años no han encontrado el más mínimo problema en el agua. Hacemos analíticas de todos los lotes antes y después aunque sería suficiente analizar el producto final. Hacemos controles mucho más fuertes de los que estamos obligados. Buscamos metales pesados, hidrocarburos, pesticidas… Todo lo que se pudiera encontrar, lo buscamos”, continúa. 

Sanidad nos hace docenas de controles, hacemos analíticas de todos los lotes y controles mucho más fuertes de los que estamos obligados

Para concluir, nos indica el mejor momento para captar ese agua: “En verano no podemos coger porque la cadena planctónica odia el calor y muere o baja demasiado. Además está el turismo. Por eso nuestra época de recolección es desde octubre hasta mayo”. Habrá que esperar para la próxima remesa.