Las enfermedades más frecuentes en verano y cómo prevenirlas
La combinación de altas temperaturas, mayor exposición al sol y alteraciones en los hábitos diarios favorece la incidencia de algunas enfermedades
Las intoxicaciones alimentarias y la otitis, entre otros problemas de salud, son más comunes en la estación estival
Medicamentos y verano, una combinación de riesgo: los que pueden ser peligrosos con el calor
No hay nada más frustrante que ponernos enfermos cuando justo cuando empezamos las vacaciones de verano. Y sin embargo es más común de lo que parece. Más allá de que nuestro sistema inmune baje cuando nos relajamos, lo cierto es que la combinación de altas temperaturas, mayor exposición al sol y alteraciones en los hábitos diarios puede favorecer la aparición de diversas enfermedades.
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Estos cambios, junto con el aumento de la actividad de insectos y la proliferación de bacterias, hacen que el verano sea una época propicia para la aparición de determinados problemas de salud. “El verano suele registrar un notable aumento en los ingresos hospitalarios por enfermedades cuyo riesgo incrementa debido al calor y a las condiciones ambientales asociadas a esta estación. Entre las más frecuentes se encuentran las respiratorias, digestivas y dermatológicas", explica el doctor Alfredo Gaudes Pérez, médico general del Centro Médico Sanitas Zaragoza.
Algunas de los fenómenos asociados al verano, como los golpes de calor, pueden revestir gravedad si no se tratan a tiempo. "Estas condiciones de salud pueden ser graves y requieren atención médica, especialmente en grupos de riesgo como niños pequeños, personas mayores y aquellas personas con condiciones médicas preexistentes”, añade el doctor. Así, los expertos de Sanitas han elaborado un listado con las enfermedades estivales más comunes y cómo prevenirlas.
Intoxicaciones alimentarias
La gastroenteritis es una inflamación del estómago y los intestinos muy común en verano debido al consumo de alimentos y agua en mal estado por efecto del calor, que pueden favorecer el crecimiento de bacterias. Los síntomas incluyen diarrea, vómitos, dolor abdominal y fiebre.
Para prevenir este problema, es fundamental mantener una adecuada higiene en la manipulación y almacenamiento de alimentos como carnes, mariscos, lácteos y ensaladas preparadas, asegurarse de cocinarlos completamente, refrigerarlos correctamente y evitar la exposición prolongada de comidas al aire libre.
Otitis
También conocida como 'oído del nadador', es una infección del conducto auditivo externo provocada por la humedad acumulada después del baño en la playa o en la piscina. Los síntomas incluyen dolor, picazón y secreción en el oído. Si el agua está contaminada por bacterias, puede generar una infección. Es recomendable secar bien los oídos después de nadar utilizando toallas y hacer movimientos suaves para eliminar el agua. Usar tapones para los oídos a modo preventivo también es buena opción.
Infecciones fúngicas
Las infecciones por hongos, como el pie de atleta, se pueden contraer en cualquier lugar en el que se camine descalzo sobre un suelo mojado y esté previamente contaminado por otras personas que ya tienen la infección. Los síntomas incluyen picazón, enrojecimiento y descamación de la piel. Para prevenir esta infecciones se recomienda usar sandalias o calzado adecuado en lugares públicos húmedos, mantener los pies secos y limpios y evitar compartir objetos personales como toallas y calzado.
Faringitis y bronquitis
Los cambios bruscos de temperatura pueden irritar las vías respiratorias y favorecer la proliferación de virus y bacterias. En el caso de personas mayores, contrastes como pasar de estar en un local con aire acondicionado demasiado frío a salir al calor intenso de la calle suelen acentuar estas patologías.
Regular la temperatura de los espacios cerrados de manera que no haya grandes contrastes con el exterior, mantener una adecuada hidratación y protegerse del calor excesivo con ropa ligera y ventilación adecuada en los ambientes cerrados es clave para evitar la aparición de estas enfermedades.
Reacciones alérgicas a picaduras de insectos
Destacan las de las avispas y abejas. Ante cualquier síntoma de reacción alérgica después de una picadura se debe buscar atención médica de inmediato, ya sea de manera presencial o a través de videoconsulta. Como medidas preventivas se recomienda evitar las zonas donde estos insectos anidan y usar ropa protectora, así como repelentes de insectos.