Cómo dejar de fumar a los 50 (y no fracasar en el intento)
Más de la mitad de los fumadores que intentan dejar este hábito no lo consiguen a pesar de hacer varios intentos
La Seguridad Social financia algunos medicamentos para dejar de fumar que se recetan principalmente en los centros de salud
Lo que cambia con el nuevo Plan Integral para la Prevención y Control del Tabaquismo
El tabaquismo causa más de 8 millones de muertes al año en todo el mundo y, a pesar de que todos conocemos los riesgos mortales que conlleva, son también más de 8 millones de personas las que fuman a diario en España. Este hábito reduce una media de 22 años la esperanza de vida de una persona, pero solo el 41,9% de los fumadores se ha planteado dejar de hacerlo y realmente lo ha intentado. Y entre estos últimos el 55% han sido incapaces de conseguirlo a pesar de hacer múltiples intentos.
MÁS
“La gran mayoría de fumadores necesitará dos o tres intentos para conseguir la cesación definitiva y una gran parte del éxito en el abandono dependerá no solo del nivel de motivación existente, sino también del tipo de intervención profesional ofertada”, apunta el doctor Raúl de Simón Gutiérrez, coordinador nacional del grupo de Tabaquismo de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).
Más vale tarde que nunca
La magnitud del desafío está no solo en la capacidad adictiva del tabaco, también en que en mucho casos implica un apego de décadas. Una persona de 50 años puede llevar fumando desde los 15. Lo ideal sería dejarlo cuanto antes pero, si no es posible, dejarlo en algún momento siempre será beneficioso. Nunca es demasiado tarde. Un equipo de investigadores del Centro Nacional del Cáncer en Goyang, en República de Corea, concluyó que dejar de fumar antes de los 50 reduce más el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón. Otro estudio de la Unity Health de Toronto evidenciaba que abandonar este habito reporta importantes beneficios y mejoras en la esperanza de vida después de unos años sin nicotina.
Lo bueno es que los beneficios de dejar de fumar son casi inmediatos. A los 20 minutos de hacerlo ya disminuye la frecuencia cardíaca; a las 12 horas, las concentraciones de monóxido de carbono en la sangre vuelven a la normalidad; entre la segunda semana y los tres meses, la circulación y la función pulmonar mejoran.
Hay fumadores que logran desengancharse sin ninguna ayuda, pero hay muchos métodos que pueden ayudar a dejarlo. Desde la hipnosis a la acupuntura, pasando por el láser o el apoyo psicológico. En la actualidad existen tratamientos eficaces que apoyan el proceso de cesación del tabaquismo, entre los que se incluyen terapias conductuales y medicamentos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA). Algunos de estos medicamentos están financiados por la Seguridad Social. Hablamos de la nicotina (Niquitin clear), el bupropion (Zyntabac) y la citisina (Todacitan y Recigarum). Estos medicamentos financiados se recetan principalmente en los centros de salud.
Las ayudas de la Seguridad Social
El Recigarum es el fármaco más novedoso que financia el Ministerio de Sanidad. Es un tratamiento de 25 días compuesto por 100 comprimidos que contienen 1,5 miligramos de citisinclina, un principio activo que compite selectivamente con la nicotina por los receptores nicotínicos y que ayuda a reducir de manera gradual la dependencia que genera la nicotina en el organismo. Sin financiación cuesta 111 euros, pero los pacientes pueden beneficiarse de una cobertura de entre el 40 y el 60% del precio del medicamento, siempre que se cumplan unos requisitos: habrá que presentar una verdadera adicción al tabaco y ser consumidor de al menos 10 cigarrillos al día. Y Sanidad solo cubre un intento al año.
El otro medicamento cuyo principio activo es la citisina es el Todacitan y se encarga de reducir la ansiedad de la dependencia a la nicotina en fumadores que estén dispuestos a dejar de fumar. Por su parte, el bupropión (Zyntabac) es un antidepresivo, inhibidor de la recaptación de dopamina y serotonina. El tratamiento debe durar menos de nueve semanas y se debe utilizar en sujetos con elevada motivación y alta dependencia de la nicotina.
Consejos de psicólogo
Dejar de fumar a los 50 o más tarde puede ser más sencillo que hacerlo cuando se es más joven y se tiende a pensar que un cigarrillo en la mano es muy cool, o incluso un acto rebelde. En la madurez ya tenemos más razones para dejar atrás a este mal compañero de viaje, además de que nuestra voluntad es más fuerte y tenemos más claridad mental para discernir qué nos conviene. El psicólogo José Elías, director del gabinete que lleva su nombre en Madrid, nos daba algunas directrices para tener éxito en nuestro proyecto de dejar el tabaco.
- Haz pública tu decisión de dejar de fumar y pon una fecha. Que tus seres queridos estén al tanto de tus intenciones te comprometerá más en tu propuesta. Busca también grupos de apoyo que te animen, te den ideas y consejos que les han servido a otros.
- No dudes en recurrir a parches, chicles o cualquier otro producto que vaya reemplazando la nicotina de una forma más sana y diferente. Procura tener contigo algo que puedas llevarte a la boca, como un lápiz, un bolígrafo o un Chupa Chups en esos momentos en los que fumabas habitualmente.
- Cambia rutinas que están relacionadas con fumar y que te recuerden el cigarrillo; ten en cuenta que en tu vida muchas personas y lugares están asociados al tabaco. Procura no consumir café, alcohol o cualquier otro alimento que tengas muy vinculado con el tabaco, por lo menos al principio.
- Procura realizar una actividad agradable en aquellos momentos que aprovechabas para fumar. Por ejemplo, si tenías la costumbre de comer después de comer, intenta salir inmediatamente a caminar o hacer deporte. Aprende a respirar profundamente y relajarte, imaginando tus pulmones llenos de aire limpio.
- Concédete un premio de vez en cuando a medida que vayas alcanzando objetivos. Así mantendrás tu motivación. Y no te desanimes ni te fustigues si sufres algún traspiés o caes en la tentación en algún momento. Lo importante es aprender del error para volver a insistir con más energía y determinación.