Por fin hemos dejado atrás los meses de calor y los vestidos y camisetas sin mangas ceden de nuevo espacio a la ropa de más abrigo. Quien respira con alivio cuando llega el invierno no es porque tenga aversión al calor, la fobia es a sus propios brazos. A medida que cumplimos años, es más fácil que pierdan su tersura habitual. Donde había lozanía ahora es piel que se ha desprendido del músculo sin que podamos hacer demasiado para remediarlo. Ni siquiera las horas que pasamos en el gimnasio son suficientes. ¿Por qué?
Nos habla de ello la doctora Ana Tellez, médico estético y especialista en estomatología con más de dos décadas de experiencia en tratamientos estéticos. "La flacidez de los brazos es más común en mujeres porque tienen una proporción de masa muscular menor. La edad juega en su contra, como también los cambios hormonales o hábitos poco sanos, como el sedentarismo. La piel va perdiendo elasticidad, colágeno y tonificación. Pero, por encima de cualquier otro factor, está la alimentación. El déficit de proteínas", advierte.
Tellez nos recuerda que nuestros músculos, cartílagos, ligamentos, piel, cabello y uñas están básicamente compuestos de proteína, vital para el funcionamiento del cuerpo, tanto por el aporte de energía como para la reparación de tejidos, la oxigenación del organismo y el sistema inmunológico. "Las dietas bajas en proteínas, como la alimentación vegana, cada vez más popular, provocan un desprendimiento de la piel que debería ir adherida al músculo de manera irreversible si no es con un tratamiento estético".
Nos habla, por ejemplo, de una paciente de profesión personal trainer y, por tanto, con el cuerpo bien musculado, pero con los brazos flácidos. "Antes de plantear una solución, le pregunté por sus hábitos alimenticios y, tal y como me imaginaba, llevaba un año con alimentación vegana. Este tiempo sin proteína había sido suficiente para que la piel se descolgase de su músculo de atleta". No es la única. Otra de sus pacientes, de 40 años y con un cuerpo escultural, llegó preocupada porque en pocos meses la piel que rodea el tríceps había empezado a colgar hacia abajo. De nuevo, le preguntó por su alimentación y resultó ser vegana.
La solución que propone es la redensificación dérmica con viales de hidroxiapatita cálcica que aplica con una cánula. "Llevo años haciéndolo y los resultados son excelentes. La diluyo para que no queden nódulos y se integre en el tejido. Es un procedimiento indoloro. Recién puesto, la zona enrojece y se inflama, pero enseguida empieza a bajar. Durante tres meses y medio o cuatro, el brazo va mejorando progresivamente su aspecto".
La hidroxiapatita cálcica es un componente natural presente en nuestro cuerpo. Actúa integrándose en el tejido y provocando una fibrosis que a su vez produce un efecto tensor y la desaparición de la flacidez. Engrosa y tensa la piel. "En una sola sesión, el resultado es visible y la paciente desde el primer momento puede hacer su vida normal. Es un procedimiento seguro, efectivo, natural y sin reacción alérgica". La inyección se realiza en consulta, en pocos minutos, con una cánula que evita la formación de hematomas.
No es cirugía y, según advierte la doctora, el resultado el temporal, aunque su mantenimiento posterior es sencillo y, generalmente, con aplicar un nuevo vial cada cierto tiempo -dependiendo de las indicaciones médicas- será suficiente para lucir unos brazos firmes. Después de varios años trabajando con la hidroxiapatita cálcica, Tellez está convencida de que es la solución más eficaz. "No tiene efectos adversos -siempre que se trabaje con la dilución correcta-, los resultados son espectaculares y la satisfacción es muy alta. El brazo recupera su contorno y estructura y la piel luce rejuvenecida".
El único tratamiento definitivo es el lifting, pero deja cicatriz visible, motivo suficiente para que las clínicas estéticas opten por otro tipo de tratamientos. Tellez entiende que, por su visibilidad, los brazos son una preocupación común, aunque muchas veces se oculta recurriendo a las prendas de manga larga, incluso cuando aprieta el calor. Aconseja ponerse en manos de un especialista en cuanto la flacidez empiece a asomar, aunque la apreciemos solo en determinadas posiciones o movimientos del brazo. Es más fácil de tratar antes de que la piel se haya desprendido de tal manera que se distorsionan los contornos.
Como prevención, el mejor consejo es mantener los brazos tonificados con ejercicio regular, hidratación y una alimentación saludable y equilibrada, que no excluya, en ningún caso, la proteína animal. Son los cimientos de un cuerpo sano y bello y la clave para recuperar los tirantes y ropa de baño que habíamos abandonado.