Caminar es una manera perfecta de mejorar la salud y una actividad fácil de integrar en la mayoría de los estilos de vida. Los expertos aseguran que para las personas que hacen poco ejercicio o ninguno, caminar a buen ritmo dos veces a la semana puede convertirse en una fuente de salud.

Las mayores ventajas de caminar son que no se requiere entrenamiento previo y que es accesible para la mayoría de las personas. Aunque para muchos pueda parecer una tontería y subestimen el poder de andar, lo cierto es que tiene múltiples beneficios para la salud. 

La OMS asegura que el ejercicio físico como uno de los pilares, junto a la alimentación, para tener buena salud. Y, recomiendan, al menos, la práctica deportiva moderada durante 150 minutos a la semana o 75 minutos se es intensivo. Además, especifican que, en el caso de caminar, es necesario hacerlo al menos 30 minutos al día, tiempo más que suficiente para que nuestro organismo obtenga esas mejoras asociadas.

Aseguran, además, que no vale hacerlo de cualquier forma. La velocidad es importante, y lo más recomendable es ir aumentando el ritmo y el tiempo progresivamente para obtener mejores resultados. El momento del día también cuenta, pues por la mañana aporta energía, mientras que caminar por la tarde o noche ayuda a dormir mejor.

Hacer intervalos de caminata rápida con caminatas tranquilas también es importante. Este tipo de entrenamiento tiene muchos beneficios, como mejorar el estado cardiovascular y quemar más calorías que la marcha normal. La Fundación Española del Corazón también apunta que caminar al menos 30 minutos al día a paso rápido incrementa la esperanza de vida y reduce el riesgo cardiovascular hasta un 11%.

Parece mentira, pero al andar, se activa todo el cuerpo, tren inferior, abdomen, brazos... Todo el cuerpo se beneficia de caminar, pues se fortalecen los músculos de las piernas y mejora la flexibilidad de las caderas, evitando, sobre todo en adultos mayores, alguna fractura. Esto son algunos de los beneficios sobre nuestra salud de caminar. 

Según un estudio de la Universidad de la Columbia en Canadá, caminar ayuda a prevenir la demencia temprana y, en el caso de las personas que ya la padecen, mejora la función cerebral reforzando las habilidades de pensamiento. Además, la caminata ayuda a disminuir el riesgo de alzhéimer y mejora la salud mental.

¡Sorpresa! Parece imposible, pero caminar y la vista están fuertemente relacionados. Una caminata de al menos media hora hace que sientas menos presión en los ojos, sobre todo si trabajas con ordenador muchas horas, reduciendo la posibilidad de sufrir glaucoma.

Una caminata diaria ayuda a mantener controlada la presión arterial y favorece la circulación de la sangre al aumentar la circulación de retorno venoso. Es decir, que aporta grandes beneficios a la resistencia cardiovascular, reduciendo la fatiga durante el ejercicio. Por lo que se puede concluir que mejora la función del corazón y de los vasos sanguíneos que transportan oxígeno a los tejidos. 

Caminar aumenta el flujo del oxígeno en la sangre y además mejora la respiración, con lo cual algunos síntomas vinculados con enfermedades pulmonares también se pueden disminuir. 

Caminar ayuda a mejorar la tolerancia a la glucosa, por lo que es es efectiva para cuidar la salud del páncreas. 

Andar media hora cada día ayuda a mejorar el proceso de digestión y prevenir problemas estomacales como la indigestión y la acidez. Hacerlo después de comer es una buena opción.

Andar un rato sin necesidad de hacerlo rápido activa grandes grupos de músculos y, a su vez, eleva la quema de grasa. Es decir, caminar estimula el metabolismo y aumenta el gasto energético de tu cuerpo, lo que se traduce en quemar las calorías que se incorporan a través de los alimentos.

Ayuda a mejorar la densidad ósea, reduce el riesgo de fracturas, al fortalecer huesos y proteger las articulaciones, incluidas las rodillas y las caderas. 

Actividad perfecta para aquellas personas que tienen dolor de espalda en muchas ocasiones, ya que caminar regularmente favorece la circulación de la sangre dentro de la columna vertebral, mejora la postura y la movilidad.

Caminar ayuda a aliviar el estrés, mejora tu estado de ánimo y reduce los síntomas de la depresión.