La alimentación es una actividad que realizan los seres vivos desde su nacimiento, debido a que el cuerpo necesita nutrientes para mantenerse activo; sin embargo, la mayoría de las personas no comen solamente cuando tienen hambre y son otras las circunstancias determinantes de la ingesta.
La nutrición ocupa diferentes conceptos que hacen parte del conocimiento común, no obstante, sus significados tienden a ser más amplios, lo que hace necesario ahondar en ellos. Para comenzar tenemos que aclarar que 'nutrición' es el conjunto de procesos a través de los cuales se consumen, digieren, absorben y utilizan los nutrientes, aunque a veces es ocupada como sinónimo de 'alimentación', este concepto es mucho más vasto.
A través de la nutrición tu cuerpo puede recibir la energía y la materia prima que le permite realizar todas sus funciones, como formar tejidos, renovar células, realizar actividades físicas, combatir una infección, entre muchas otras, por eso los nutricionistas diseñan planes nutricionales a partir de los requerimientos particulares de cada persona.
La nutrición no solo satisface las necesidades biológicas, sino además intelectuales, emocionales, estéticas y socioculturales, por tal motivo profundizamos en 6 mitos sobre la pérdida de peso.
Es difícil, desde luego, solo tienes que preguntar a cualquiera que lo haya intentado, pero no imposible. La clave está en ponerse en manos de un equipo médico solvente que realice un completo plan de asesoramiento nutricional que va mucho más allá de la prescripción de una simple dieta. Un concepto integral que abarque desde los hábitos del paciente hasta el análisis de sus datos antropométricos es fundamental.
Aunque es cierto que cambiando los hábitos alimenticios y aumentando el ejercicio se adelgaza, no es tan sencillo. Hay otros factores como la genética, el medio ambiente, el estado emocional, el estrés o la reacción de cada organismo a determinados alimentos, que también influyen. Muchas investigaciones apuntan a que la creencia común de que “contar las calorías” es suficiente para adelgazar es falsa. Se debe prestar una atención global a la composición de la dieta de una persona y analizar cómo las calorías afectan a las hormonas y al metabolismo.
Sí y no. Quien quiera perder peso debe prestar atención a las calorías, pero de dónde vienen también es importante. Por ejemplo, beber un refresco cero calorías no es mejor que un puñado de almendras aunque éstas sí tengan calorías. Aprender lo que se esconde detrás de lo que comemos, manteniendo por ejemplo un diario de alimentos, es una manera muy útil de tener una visión real de nuestra alimentación. Comprender de donde vienen las calorías, grasas, azúcares, hidratos de carbono…, puede ayudar a identificar lo que hay que cambiar.
Esa no es la única razón, los expertos en obesidad sostienen que los factores que han contribuido a que la obesidad sea una epidemia son múltiples. El aumento del consumo de alimentos y bebidas procesados altos en calorías, el sedentarismo, y algunos investigadores lo vinculan también a la exposición a productos químicos como el bisfenol que se encuentran en artículos cotidianos como recipientes de comida enlatada.
El alcohol tiene muchas calorías y en cualquier dieta se restringe su consumo. Sin embargo diversos estudios demuestran que si bien su abuso está relacionado con el aumento de peso, si éste es moderado –una cerveza al día o una copa de vino-, no existe tal relación. La moderación es la clave aunque siempre hay que tener en cuenta que no todas las personas reaccionan de la misma manera a los mismos alimentos.
El éxito o el fracaso en la pérdida de peso no es un reflejo de las reservas de fuerza de voluntad que tiene cada uno. Hay muchos factores -genéticos, ambientales y de otro tipo- que juegan un papel importante y que hacen que para unas personas sea más difícil que para otras mantener el peso conseguido.
Según un estudio del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, cuando una persona pierde una cantidad importante de peso, su apetito aumenta proporcionalmente provocando que se consuman unas 100 calorías más por cada kilo perdido. Aunque eso no significa que sea imposible mantener el peso a largo plazo, luchar por hacerlo no es en modo alguno un reflejo de la fuerza de voluntad, la motivación o la ética del trabajo.
Después de comer, tus reservas de glucosa en el hígado duran alrededor de 2 horas, cuando esta fuente de energía se agota tu cuerpo utiliza las reservas de grasa. Debido a que este almacén puede durar semanas o meses según tu tamaño, parece que conviene pasar horas de hambre; sin embargo, después de 6 horas tu cuerpo vuelve a cambiar de nuevo su fuente de energía y busca otra forma de obtenerla.
Es así como comienza a tomar energía de las proteínas, a este proceso se le conoce como gluconeogénesis, este método de consumir energía no se recomienda, ya que la principal fuente de proteína en el cuerpo es la masa muscular y en realidad esta no es una reserva sino un tejido con múltiples funciones. Como resultado no solo perderás masa muscular sino que además te sentirás sin fuerza y acumularás mayor grasa.