Todos los medicamentos tienen efectos secundarios, pero últimamente parece que solo se habla de uno: los trombos. Desde que el pasado mes de marzo se paralizase la administración de la vacuna de AstraZeneca a los menores de 60, también conocida como Vaxzevria, en varios países de la Unión Europea por su posible relación con la aparición de trombos atípicos, el temor a sufrir una trombosis ha ido creciendo entre la población, hasta el punto en el que ya hay personas que han rechazado vacunarse con el suero inglés por miedo.
Este miedo, en realidad, es infundado. A pesar de que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha encontrado evidencias de que existe una posible relación entre la vacuna y la enfermedad, lo cierto es que las probabilidades de sufrir un trombo por la Vaxzevria son extremadamente bajas.
A las cifras nos remitimos: entre los aproximadamente 34 millones de personas que han recibido la vacuna en toda la Unión Europea, hasta el cuatro de abril tan solo se han detectado 222 casos de episodios tromboembólicos (169 casos de trombosis cerebral y 53 de la abdominal), lo que implica que, según esta incidencia, se produce menos de un caso por cada 100.000 vacunados.
Dicho de otra forma: hay más posibilidades de ganar la lotería, tener gemelos o de nacer en un año bisiesto que de sufrir un trombo, por lo que los beneficios de la vacuna son mucho mayores que sus riesgos.
Aun así, a pesar de que la correlación entre la Vaxzevria y la aparición de trombos es casi inexistente, estos episodios siguen suponiendo un problema de salud grave, por lo que conviene saber identificarlos.
Por definición, una trombosis es la formación de un coágulo de sangre en el interior de las venas o arterias. Según las conclusiones de la reunión del Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia (PRAC en sus siglas en inglés) de la EMA celebrada el pasado 18 de marzo, esta enfermedad puede aparecer tras administrar la vacuna de AstraZeneca en muy pocas ocasiones y en combinación con trombopenia, una afección por la que el organismo presenta pocas plaquetas en la sangre.
Estos coágulos se forman en lugares poco comunes, como las venas cerebrales o del abdomen, y en las arterias. Hasta ahora, la mayoría de los casos aislados que se han identificado se han detectado en mujeres menores de 60 años dentro de las dos semanas posteriores a la administración de la primera dosis del suero, aunque, tal y como señala la agencia europea, todavía no se ha podido confirmar ningún factor de riesgo específico para su aparición.
Para poder diagnosticar y tratar esta afección cuanto antes y evitar posibles complicaciones, la EMA recomienda tanto a los ciudadanos como a los profesionales sanitarios que estén pendientes de la aparición de los signos sugestivos de un episodio tromboembólico.
Los síntomas son los siguientes:
En caso de advertir que se tiene alguno de estos síntomas, los pacientes deben buscar atención médica de inmediato. No obstante, desde la EMA recuerdan que los casos de trombosis causados por la vacuna de AstraZeneca son muy poco comunes y que su eficacia para prevenir y reducir las muertes y hospitalizaciones por la Covid-19 ha sido demostrada.