Acné en adultos: todo lo que debes saber para combatirlo y hacerlo desaparecer
Para poder tratar el acné en los casos adultos, lo primero que debemos hacer es una evaluación de nuestros hábitos y conocer los factores que lo provocan.
El acné no es únicamente algo exclusivo de las pieles más jóvenes, sino que puede prolongarse a la edad adulta, no solo con granos y puntos negros sino también con las temidas marcas de acné. Es una patología de un órgano de la piel, el folículo pilosebáceo. Esta estructura comprende fundamentalmente el pelo y la glándula sebácea, encargada de producir la grasa que recubre la piel.
En el acné existen una serie de alteraciones de este órgano que determinan la producción de la enfermedad: el aumento de producción de sebo o grasa, el taponamiento u obstrucción del canal folicular, el orificio o canal por donde sale el pelo hacia el exterior de la piel), la infección por bacterias y la inflamación.
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De forma habitual y prácticamente en todas las personas, la época de la pubertad se acompaña de cambios hormonales que determinan un aumento de la grasa y un taponamiento de los canales foliculares que provocan el acné. En determinadas personas, ese estado hormonal puede persistir en la edad adulta. Se trata de personas con una tendencia a la piel grasa, que incluso pueden no haber presentado un acné en la adolescencia y que, a partir de los 25-30 años, desarrollan granos y bultos más inflamados, que aparecen bajo la piel, duran semanas, y curan dejando marcas o cicatrices.
El acné de los jóvenes se corresponde con las clásicas “espinillas” en la zona de la frente y la nariz, con poca inflamación, o con pústulas que curan fácilmente con el tratamiento con cremas. En cambio, el acné de los adultos puede formar granos o bultos más grandes, más profundos, más inflamados, y con mayor capacidad para dejar cicatrices. En el hombre, el acné adulto afecta además a la espalda y el pecho, pudiendo persistir durante décadas. En la mujer es muy característico que los granos o bultos profundos afecten a las zonas de la mandíbula o alrededor de la boca, y que empeoren los días previos a la menstruación.
El acné de adultos afecta sobre todo a la zona U del rostro (mejillas y barbilla) a diferencia del acné juvenil que es más común en la zona T (frente y nariz). Las lesiones son de tipo inflamatorio y hay menos presencia de comedones o granos sebáceos. Es resistente y requiere de un tratamiento intenso.
Está causado también por factores como el hormonal, por lo que hay que tener en cuenta que no siempre nuestra piel estará igual. Existen otros factores que pueden facilitar la aparición de acné como pueden ser factores hereditarios, algunos fármacos, como la píldora anticonceptiva, el estrés, el tabaquismo, hábitos alimenticios y la utilización de maquillajes compactos, unido a una falta de higiene correcta en la piel del rostro particularmente.
Tratamientos
El tratamiento puede ser diferente en el hombre o la mujer según la existencia o no de problemas hormonales asociados.
- Independientemente del sexo del paciente, los acnés del adulto suelen ser tratados con tandas de antibióticos por vía oral.
- En casos resistentes al tratamiento habitual, o con tendencia a reproducirse tras el mismo, el medicamento indicado es la isotretinoína, un derivado sintético de la vitamina A. Se prescribe bajo control médico del dermatólogo durante un periodo de 6-8 meses, y hay que tener en cuenta que produce molestias o efectos secundarios típicos como la sequedad en la piel y los labios, y sensibilidad al sol. Si es recetado a una mujer en edad de tener hijos, ésta debe tomar medidas para evitar un embarazo no deseado durante el tratamiento y un mes después de finalizado, ya que la isotretinoína provoca malformaciones en el feto.
- En mujeres en las que el problema tiene una base hormonal, el tratamiento más eficaz es un anticonceptivo.
- Cosmético, a base de geles, lociones, cremas o limpiadores específicos que ayudan a reducir la inflamación.
- Tratamientos físicos como exfoliación, dermoabrasión, o tratamiento con láser.
- Uso de luz combinada con cremas específicas. Por ejemplo, LED con luz azul y roja de entre 400-600 nanómetros que tiene efectos antiinflamatorios.
Consejos para tratar la piel adulta con acné
- Lava cuidadosamente la piel. Al menos dos veces al día, por la mañana y por la noche. Utiliza un limpiador suave específico para pieles con acné.
- Mantén la piel bien hidratada.
- Prueba cremas y mascarillas naturales, que rebajen la inflamación y ayuden a una limpieza profunda, como el aloe vera, el limón, la avena…
- Bebe mucha agua, te ayudará también a mantener tu piel y tejidos hidratados.
- No te toques los granos ni te quites espinillas. Sólo empeorarás las lesiones y las extenderás.
- Cuidado con el sol. En bajas dosis puede ayudar a secar los granos y mejorar el aspecto de la piel. Pero usa siempre protección y si estás tomando medicación oral pregunta antes a tu dermatólogo.
- Utiliza cosméticos sin grasa y sólo cuando sea necesario. Un maquillaje muy compacto puede obstruir los poros.
- Retírate el pelo de la cara.
- Cambia la funda de tu almohada a menudo y no compartas la toalla con la que te seques la cara.
- Cuida tu alimentación. Una alimentación pobre en grasas y rica en vitaminas (como la vitamina A, C, D o E), que son antioxidantes, te ayudará a cuidar tu piel y mantenerla más sana y luminosa.