La alimentación es la base de nuestra salud, ya que influye en muchos factores de nuestro organismo. “Somos lo que comemos”, dice el acertado refrán, y lo cierto es que aquello que entra por la boca dice mucho de nosotros. Con la edad es más frecuente cuidar la alimentación porque se está más predispuesto a sufrir ciertas enfermedades, en especial los hombres, que pasados los 50 años deben empezar a revisar con frecuencia la próstata. Esta pequeña glándula normalmente es del tamaño de una nuez, pero con el tiempo empieza a crecer, aumentando las posibilidades de sufrir problemas prostáticos como cáncer o hiperplasia prostática benigna. Por eso, una buena alimentación es imprescindible para el cuidado de tu próstata.
Con el aumento de la edad hay una mayor predisposición a que la próstata dé algún que otro problema a los varones. Por suerte, en España la mayoría de personas toman la valorada mundialmente dieta mediterránea. Un tipo de alimentación equilibrada que antepone productos de temporada fáciles de conseguir por el clima, como vegetales, frutas o pescados, frente a carnes grasas o un exceso de hidratos de carbono. Pero esta dieta, por muy instalada que esté en nuestros patrones alimenticios, puede tener alguna que otra contraindicación cuando se cumple cierta edad o se sufren algunas enfermedades.
El paso del tiempo es, indudablemente, uno de los factores de riesgo más comunes para padecer distintas patologías relacionadas con la próstata, pero una alimentación adecuada, evitando ciertas comidas que puedan ayudar a la irritación o al crecimiento de la próstata, puede permitir la prevención de enfermedades o de la obesidad, otro factor de riesgo más.
Una de las principales restricciones son las carnes rojas grasas y las carnes procesadas, ya que desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertan de que su consumo puede estar relacionado con el desarrollo de cáncer o de inflamación de la próstata. Si bien no se restringe el alcohol, hay que ser muy moderado con su consumo, pues un exceso también puede afectar de forma negativa y hacer que se sufra con más predisposición una patología prostática.
Como en cualquier dieta, la bollería industrial con grandes niveles de azúcar o bebidas azucaradas no aporta absolutamente nada bueno al organismo, por eso es mejor evitarlo y sustituirlos por cualquier otro producto natural que sí aporte vitaminas o minerales. Y cuidado con las comidas o salsas picantes, pues pueden ayudar a que la próstata se irrite.
Ahora bien, a pesar de las restricciones también existen recomendaciones alimenticias para el cuidado de la próstata que deberías añadir a tu dieta si aún no comes este tipo de productos. Las frutas y hortalizas, en general son aconsejables en cualquier dieta, pero para la salud de la próstata destaca en especial el tomate por su alto contenido en licopeno, una sustancia carotenoide que tiene propiedades antioxidantes. Algunos estudios, como uno de la Universidad de Harvard, señaló que esta sustancia puede ayudar a reducir las posibilidades de sufrir cáncer de próstata, por lo que el tomate no debe faltar en tu nevera.
Algo parecido ocurre con la soja, algunos estudios revelan que el consumo de soja no fermentada (leche de soja, harina o brotes) puede ayudar a reducir la aparición de enfermedades prostáticas. Algunas semillas, como las de calabaza, pueden ser otro buen remedio, ya que pueden hacer que el tamaño de la próstata no aumente, por lo que en caso de padecer hiperplasia prostática benigna podría frenar los posibles problemas de orina. Y añade a tus postres frutos rojos, como las frambuesas, ya que tienen propiedades antioxidantes que pueden ser beneficiosas.
Como alternativa a las carnes rojas con alto contenido en grasa, lo mejor es tomar pollo o pavo sin piel o carnes rojas magras, con muy poca grasa, además de consumir con frecuencia pescados frescos o enlatados que contengan dosis suficientes de omega 3. Además, cuidado con los lácteos, no debes dejar de tomarlos, pero mejor no excederse, ya que aún existen algunas dudas sobre su efecto en la próstata.
Aceite de oliva, agua, té, frutos secos o legumbres son otros productos que suelen estar presentes en la dieta y que pueden completar una buena alimentación. Como ves, no hay grandes restricciones, pero sí recomendaciones sobre alimentos que es mejor evitar y otros que deberías añadir a tu lista de la compra para intentar cuidar tu próstata. Con la alimentación como base y otros buenos hábitos como el ejercicio físico, puedes prevenir algunas patologías relacionadas con esa glándula masculina que con el paso del tiempo puede dar algún que otro problema.