Te despiertas y no está ahí. Tu erección matutina ha desaparecido. Llamada telefónica a tu virilidad. Todo está en orden, tranquilo. Puede que estés empezando a sufrir los síntomas de la andropausia pero no eres el único. "Todos los hombres mayores de 50 años empiezan a sufrir un descenso de su capacidad sexual. Disminuye su vigor físico, fertilidad y rendimiento, existen alteraciones en su comportamiento, pero es totalmente normal", explica el doctor José Benítez, director médico de Boston Medical Group y experto en sexualidad masculina. Eso sí, esto no quiere decir que la otra capacidad, la del disfrute, tenga que mermar también. Hablamos de este tabú con expertos y hombres que han decidido hablar de esta nueva etapa vital con naturalidad.
Los síntomas que explica el doctor forman parte del proceso normal de envejecimiento masculino y, a priori, se podrían comparar con los de la menopausia, pero realmente no son los mismos. A diferencia de las mujeres,"es un proceso más lento y progresivo, que puede durar años. El hombre conserva una razonable función sexual pero sufre un descenso de los niveles de testosterona, esto de denomina hipogonadismo", añade Benítez.
Es el caso de Pedro, que tenía 52 años cuando empezó a notar que descendía su apetito sexual. "No sabía exactamente qué me estaba pasando, todo funcionaba bien, nunca había tenido problemas con mi mujer y un día, adiós, no había manera, no tenía ganas", cuenta.
El caso de Juan es diferente, divorciado desde hace años, solía tener relaciones esporádicas con mujeres "hasta que me empecé a ver mal, con unos 60 años. No estaba animado, ni en la cama ni fuera de ella y un amigo me recomendó acudir al médico". Así lo hizo.
La decisión de Juan de acudir a un especialista, aunque lógica, no siempre es fácil de tomar. Al menos a juzgar por las estadísticas. Según los estudios, solo el 26% de los hombres van a una revisión tras notar los síntomas. Nos topamos de nuevo con el tabú. Y la vergüenza social. Sobre todo en unas generaciones que, por lo general, han sido educadas en la desinformación sexual.
Este proceso que sufre el cuerpo, por suerte, no suele ser total. Y hay modos de mitigar los efectos. Implica "la disminución en la producción de la hormona de la testosterona", y eso puede impactar en el día a día. "Las erecciones involuntarias desparecen, se reducen significativamente tanto la duración como la intensidad de los orgasmos, también el libido o impulso sexual", explica Benítez.
En ese momento entra en escena la disfunción eréctil. "La fuerza de la eyaculación baja, también la cantidad de semen; y se acorta la longitud del pene". Además, "aumenta la sudoración, se deteriora la memoria, se produce insomnio, el cabello y la piel están más secos y aumenta la irritabilidad y la ansiedad", añade.
Juan se quedó pálido cuando escuchó esta ristra de conceptos seguidos "no me podía creer que eso me estuviese pasando a mí. Por qué, por qué, me preguntaba todo el rato", relata mientras se frota las manos, nervioso. El porqué va más allá de la edad. "El estado psicológico, asociado a la depresión y a la ansiedad, el consumo elevado de tabaco o alcohol y la mala alimentación" son algunas de las causas que favorecen la andropausia. "Yo tenía claro que necesitaba una solución urgente y mi pregunta al doctor fue directa: qué puedo hacer y cuánto tiempo me va a tomar", cuenta Juan.
Cuando se trata de sexo hay prisa, porque, como bien decía Eduardo Punset, "al sexo le pasa como a la memoria: si no se utiliza, desaparece". A Pedro no se le había ocurrido ir al médico hasta esta entrevista, "tiraba de pastillas o simplemente no hacía nada", dice. Es el ejemplo del modo de reaccionar de buena parte de la población de hombres madura que se ven en esta situación. Tampoco había hablado mucho del tema con los cercanos: "contarle a mi círculo esto es bastante vergonzoso, y pensaba, de verdad, que podía ser algo habitual: estaba resignado", afirma.
"Uno de los síntomas de la andropausia es la disfunción eréctil y las pastillas como la Viagra o la Cialis, tratan este problema. Pero en ningún caso es uno de los tratamientos para la andropausia, que engloba una sintomatología mucho más amplia. De todos modos, siempre que se trate con pastillas de este tipo la disfunción eréctil tiene que estar supervisado por un médico especialista", puntualiza el doctor.
No acudir al médico y automedicarse, cuenta Benítez, es habitual en España. "Supone un mazazo a la virilidad de los hombres que provoca un decaimiento sexual, laboral, personal, social… por eso es necesario llevar un seguimiento generalizado, para que el paciente se recupere no solo en el ámbito sexual sino en todos".
"El tratamiento médico de la andropausia, al estar causada por la deficiencia de testosterona, consiste en suministrar esta hormona para alcanzar el nivel adecuado", explica el doctor. ¿Cómo se hace eso? Existen varios tratamientos. "Puede ser por vía cutánea, oral o intramuscular… hay que hacer un estudio de cada paciente antes de empezar a tratarle, para saber qué método es el más adecuado en cada caso", dice.
"Una vez que comienza el tratamiento en tres meses se empiezan a ver resultados. Además, después de unas sesiones el cuerpo se estimula y empieza a volver a producir testosterona". Bien. Existe solución. Está sobre la mesa, pero siempre con control médico. "Uno de los principales efectos secundarios asociados a la mala suministración del medicamento es el crecimiento del tamaño de la próstata. Que además, en algunos casos puede asociarse con el cáncer", recuerda el director médico.