El santo grial del antiaging: mantener los telómeros en forma, la inflamación a raya y un sueño de calidad
Envejecer no es solo inevitable, es además un placer si se hace buenas condiciones. No es una paradoja, sino el objetivo de la medicina antienvejecimiento
"Estar bien por dentro para estar bien por fuera". Son palabras del doctor Joaquín Figueroa, director de la unidad de Medicina Antiaging de Clínica FEMM. Para este experto, que comenzó su carrera profesional en la medicina deportiva, las técnicas de antienvejecimiento van más allá de prevenir las arrugas con una crema o un serum antiedad. "Se trata de cumplir 60, 70 u 80 años con la mejor calidad de vida posible", explica. Los objetivos de esta disciplina médica son, indudablemente, más ambiciosos: ralentizar el reloj biológico Algo particularmente útil en tiempos de pandemia.
Preventiva, predictiva y proactiva
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Envejecer es un proceso acumulativo causado por daños inflamatorios, oxidativos y degenerativos. La medicina antiedad actúa en estos tres procesos con las famosas tres Ps: prevención, predicción y proacción. Previene los daños, es capaz de anticiparlos según el perfil del paciente y exige la implicación de este. Sin un compromiso personal, ningún tratamiento puede hacer efecto.
Lo más importante, en cualquier caso, es que los tratamientos sean personalizados; es decir, a medida del paciente. A partir de un completo chequeo que mide el funcionamiento general del organismo, la longitud de los telómeros cromosómicos y otra serie de indicadores, se descubren los problemas de salud que el paciente puede tener en el futuro y, por tanto, prevenirlos o retrasarlos "especialmente las enfermedades de tipo cardiovascular, metabólico, neurodegenerativo, respiratorio y cáncer", apunta Joaquín Figueroa. Todo ello sirve para determinar la edad biológica de la persona. "A partir de ahí, podemos crear un tratamiento que modifique el estilo de vida y que nos permitirá romper el posible desfase entre la edad biológica y la cronológica y mantener la salud. Eso se verá lógicamente reflejado en nuestro aspecto físico", añade este profesional.
Nutrición, hormonas y ejercicio: pautas que no sustituyen a ningún tratamiento médico
El plan antienvejecimiento ideal aborda la reeducación nutricional y el estado hormonal, y pauta el ejercicio más adecuado, según la fisiología y estado médico del paciente. Respecto a la nutrición, cada persona tiene una microbiota A veces se trata precisamente de eliminar nutrientes que no son adecuados para un rendimiento óptimo.
Por su parte, la optimización hormonal busca equilibrar los niveles hormonales, ya que suelen cambiar con la edad, para tratar o prevenir la andropausia, la resistencia a la insulina, uno de los factores de la obesidad, la menopausia, los trastornos suprarrenales y tiroideos o la osteoporosis.
Un complemento, nunca un sustituto
Es lógico que nos asalte la duda. ¿Puede sustituir la medicina antiaging a otras terapias médicas? No, pero sí pueden complementarse, siempre que haya una coordinación entre especialistas. "Si estás siguiendo alguna terapia médica, lo tendremos expresamente en cuenta, y deberás citarte con tu especialista para para comunicarle las indicaciones y pautas individualizadas de tratamiento que te demos en nuestra Unidad Antiaging", explica este facultativo para quien todo plan antienvejecimiento, que podría comenzarse en torno a los 40 años, debería contemplar los siguientes puntos.
Cuidado de los telómeros cromosómicos: vitamina C y D, y ácidos grasos Omega 3
El proceso de envejecimiento acorta progresivamente la longitud de los telómeros de los cromosomas, las estructuras localizadas en el núcleo de las células que contiene nuestra información genética. Cuando alcanzan una longitud crítica mínima no podrán replicarse más, lo que se traduce en muerte celular. Para ralentizar o revertir parcialmente este acortamiento telomérico se pautan nutrientes selectivos en forma de complemento alimenticio, como la vitamina C, la vitamina D3; ácidos grasos omega-3; o extractos estandarizados de algunas plantas procedentes de la medicina tradicional china, como el Astragalus membranaceus o la Terminalia chebula.
Reducción de los procesos inflamatorios: añade cúrcuma a tu dieta
Uno de los fenómenos ligados al envejecimiento es la ateroesclerosis de las arterias, un fenómeno inflamatorio que hace que los vasos sanguíneos pierdan su capacidad para dilatarse, lo que favorece el aumento de la presión sanguínea y mayor resistencia a la insulina. Esto supone ganar grasa y desarrollar diabetes o hipertensión arterial. En este caso, deberíamos consumir una dieta antiinflamatoria, con abundante ingesta de agua, cremas vegetales y caldos, frutas (prioriza las que contengan vitamina C), verduras y proteínas magras. De nuevo, se incluirían complementos alimenticios selectivos y bioactivos, como ácidos grasos omega-3 o extractos estandarizados de ciertas plantas, como Salix Alba o Curcuma Longa. Esta especia, integrante del curry, ofrece múltiples beneficios al organismo: además de ser antiinflamatoria protege contra la obesidad.
Felices y reparadores sueños
Dormir bien es el último tratamiento médico. Durante el sueño se segrega la hormona melatonina, relacionada con los ritmos circadianos, el estado de ánimo, los ciclos reproductores, el crecimiento… y, sí, también el daño oxidativo. A partir de los 35 años nuestro cuerpo produce menos melatonina porque empezamos a dormir peor y por eso comienzan a desencadenarse algunos procesos degenerativos. En los últimos años, se ha descubierto que la falta de sueño o una mala calidad del sueño también puede producir obesidad, lo que conduce a la diabetes y a la enfermedad cardiovascular, y deterioro cognitivo. En suma, dormir es fundamental para la salud. Por ello, si por alguna razón no generamos la suficiente melatonina, puede ser útil su ingesta, siempre pautada por un profesional médico.
Envejecer menos y mejor
Para el doctor Joaquín Figueroa, cada caso demanda un estudio pormenorizado. Sin embargo, hay pautas comunes que podemos empezar a aplicar:
- Dieta saludable. Prioricemos los alimentos más sanos, sin hidratos de carbono ni grasas saturadas, con la cantidad adecuada de fibra y de proteínas, de acuerdo al peso de cada persona, y vegetales y hortalizas de todos los colores.
- Sueño de calidad y en cantidades suficientes. Lograr un buen descanso es la mejor terapia, pero exige que pongas algo de tu parte: deshazte de cualquier pantalla antes de dormir e invierte en un buen equipo de descanso.
- Relaciones interpersonales. Una charla con los amigos, un voluntariado, algo que celebrar con la familia… Todo lo que procura satisfacción o placer nos hace generar oxitocina, conocida como la 'hormona de la felicidad'.
- Busca aquello que te procure bienestar. Volvemos a la oxitocina. Si algo te apasiona, cultívalo. Y si tiene algo de reto, mejor. Asumir nuevos proyectos es otra terapia antienvejecimiento de primer orden.
- Mantente activo. "Todo aquello que no se usa, se pierde o involuciona", señala este médico. Es decir, cuanto más activos seamos, más esquivaremos el envejecimiento. "Úsalo o piérdelo", advierte Joaquín Figueroa.