Con el 69% de la población europea vacunada, llega un nuevo antídoto contra el coronavirus. La Agencia Europea del Medicamento acaba de aprobar la quinta vacuna: Novavax, un suero creado con una tecnología distinta a las anteriores: ni por ARN Mensajero, como las de Pfizer o Moderna, ni por Adenovirus, como las de AstraZeneca y Janssen, la última en aprobarse en marzo de 2021.
La Unión Europea firmó un contrato este verano con Novavax por 20 millones de inoculaciones en un primer reparto. Con este acuerdo, España recibirá 2.284.085 dosis de vacunas nuevas vacunas. Las entregas están previstas para finales de 2021 y principios de 2022, a razón de más 1,4 millones de dosis en diciembre y 793.263 para enero de 2022.
De origen estadounidense, aunque fabricada en la localidad pontevedresa de O Porriño, la nueva vacuna se ha desarrollado con subunidades proteicas; es decir, a través de una proteína fabricada en laboratorio y un adyuvante para mejorar la respuesta inmunitaria similar a cómo se induce en el cuerpo humano la inmunidad. Las cuatro anteriores son o bien de ARN mensajero (Pfizer y Moderna) o de adenovirus (AstraZeneca y Janssen).
Oficialmente, la nueva vacuna se denomina NVX-CoV2373 o Nuvaxovid y es la primera que se fabrica en España por el acuerdo con la compañía gallega Biofabri Zendal. La fábrica de O Porriño lleva fabricando el antígeno de esta vacuna desde el primer trimestre de 2021, a la espera de que se aprobara el suero, lo que finalmente ha ocurrido en diciembre. Pero no les ha pillado desprevenidos. Fuentes de la compañía aseguran tener la producción suficiente para que llegue a los centros de vacunación.
Según los ensayos de la compañía, Novavax tiene una eficacia del 96,4% contra el virus original y un 86,3% frente a la variante alfa (británica). La eficacia global ronda el 90% frente a la enfermedad sintomática; esto es, cuando el virus ya cursa con los síntomas conocidos: fiebre, tos, malestar general y, en los últimos casos, una mucosidad que le hace camuflarse como un resfriado común. Respecto a ómicron, la última variante, aún no se disponen de datos, pero el objetivo de la compañía es crear un antídoto específico contra esta variante.
La logística es la principal ventaja de la nueva vacuna. Es estable a temperaturas de frigorífico convencional, entre 2 y 8 grados, por lo que facilita su almacenamiento y distribución frente a las de ARN mensajero. Los viales se disponen en 10 dosis y deben administrarse en dos dosis separadas por 21 días.
Los efectos secundarios detectados en los ensayos clínico son leves o moderados en incluyen dolor en la zona de la inyección, cansancio, dolor muscular o de cabeza, naúseas y vómitos que remiten normalmente en un par de días. Como en las otras vacunas, para superarlos se aconseja tomar paracetamol y no ibuprofeno.
Está creada con la tecnología de subunidades proteicas. Novavax contiene partículas elaboradas a partir de una versión de una proteína que se encuentra en la superficie del SARS-CoV-2 producida en laboratorio. También contiene un adyuvante, una sustancia que ayuda a fortalecer las respuestas inmunitarias a la vacuna.
Cuando el paciente recibe la vacuna, su sistema inmunológico identificará las partículas de proteína como extrañas y producirá defensas naturales (anticuerpos y células T) contra ellas. Si la persona vacunada entra más tarde en contacto con el SARS-CoV-2, el sistema inmunológico reconocerá esta proteína del virus y estará preparado para atacarlo. Los anticuerpos y las células inmunes pueden proteger contra Covid-19 aliándose para matar el virus, prevenir su entrada en las células del cuerpo y destruir las células infectadas.
Las vacunas de ARN Mensajero o ARNm, como las de Pfizer y Moderna, se aplican en el músculo de la parte superior del brazo. El ARNm entra en el organismo a través de las células del músculo e instruye al mecanismo celular para que produzca una porción inocua de la proteína S, presente en la superficie del virus que causa la COVID-19. Una vez que el organismo fabrica la porción de proteína, nuestras células descomponen el ARNm y lo eliminan.
A continuación, las células despliegan la proteína S sobre su superficie. El sistema inmunitario reconoce que esa proteína no debería estar allí, lo que desencadena la producción de anticuerpos y la activación de otras células inmunitarias que combaten lo que se considera una infección, como la del coronavirus.
También se conocen como vacunas de vector y se han utilizado para erradicar el ébola o el zika, aunque el adenovirus está también presente en enfermedades mucho menos graves, como una conjuntivitis o un simple catarro. El funcionamiento de este tipo de vacunas es sencillo. Para hacer la vacuna, primero se modifica el adenovirus. Una vez dentro del organismo, nuestra maquinaria celular produce una réplica inocua del virus que causa el Covid-19. Esta réplica se conoce como proteína S o proteína Spike, presente en la superficie del virus y la responsable de que el patógeno se fije a las células.
Más tarde, la célula infectada por el adenovirus modificado despliega la proteína Spike producida sobre su superficie. Nuestro sistema inmunitario reconoce que no pertenece al sistema, lo que desencadena una respuesta inmune que comienza a producir anticuerpos para combatir la infección.