Los glóbulos blancos, o leucocitos, son fundamentales para mantener una buena salud. A pesar de suponer tan solo el 1% de nuestra sangre, estas células inmunitarias son las encargadas de combatir los virus, infecciones y bacterias que amenazan a nuestro organismo, por lo que su presencia es esencial para prevenir enfermedades. Sin embargo, muchas veces nos encontramos con que el nivel de leucocitos en nuestra sangre es insuficiente.
Enfermedades como la gripe o el sarampión, el consumo de distintos tipos de medicamentos como los antisépticos o antipsicóticos o incluso una mala alimentación pueden hacer que nuestros glóbulos blancos disminuyan, debilitando nuestro sistema inmunológico y haciéndonos más vulnerables a las infecciones. En estos meses de frío y viento en los que es tan habitual coger un buen constipado, es probable que te preguntes si una buena dieta podría ayudarte a aumentar tus glóbulos blancos y mejorar tu sistema inmunitario, pero ¿es cierto?
A medias. Y es que a pesar de que llevar una dieta sana y equilibrada reduce los factores de riesgo de sufrir distintas enfermedades, lo cierto es que no hay evidencias científicas que respalden que aumentar el consumo de determinados tipos de alimentos nos ayude a mejorar nuestro sistema inmunitario y a reducir el riesgo de contagio de distintas enfermedades. Esto se debe a que nuestro propio organismo nunca va a absorber nada que no necesite, por lo que, en caso de no contar con ningún tipo de déficit nutricional, eliminará cualquier sustancia innecesaria.
Sin embargo, lo que sí es cierto es que una mala alimentación afecta negativamente a nuestra producción de leucocitos y que hay nutrientes, como las vitaminas, el zinc o el cobre, que ayudan a que nuestro sistema inmunológico funcione correctamente. Estos nutrientes pueden encontrarse de forma natural en determinados tipos de alimentos, por lo que, si llevas una mala dieta y está afectando a tu salud, te recomendamos que incluyas algunos de estos alimentos en tu dieta.
Como su buena fama indica, el té verde es uno de los alimentos con más beneficios para nuestra salud. Rica en catequinas, vitaminas y oligoelementos como el magnesio o el cobre, esta ancestral bebida es un extraordinario antioxidante y una destacable fuente de teína que puede ayudarnos a fortalecer a nuestros leucocitos. Además, puede ayudarnos a mejorar nuestro rendimiento físico y a reducir el riesgo de padecer distintas enfermedades, por lo que, si eres de los que solo beben café, tal vez te compense probar una taza.
El pollo es una de las carnes sanas y recomendadas a la hora de empezar una dieta. Este tipo de carne es rica en proteínas y vitamina B-6, dos nutrientes que favorecen la producción tanto de los glóbulos blancos como de los glóbulos rojos. Además, contiene zinc, un mineral necesario para que nuestro sistema inmunitario funcione correctamente.
Las naranjas, pomelos, mandarinas, limones, entre muchas otras, son frutas ricas en vitamina C que pueden ayudarnos a mejorar la producción de glóbulos blancos. Además, nuestro organismo no puede producir ni almacenar esta vitamina, por lo que es recomendable consumir este tipo de frutas para no tener carencias.
El pimiento rojo es uno de los grandes aliados de los leucocitos gracias a su alto contenido en vitamina C, que ayuda a sintetizar los glóbulos blancos. Además, contiene betacaroteno, un compuesto que mejora la producción de vitamina A y que resulta beneficioso para proteger a los leucocitos.
Las setas y champiñones son dos alimentos ricos en selenio, un mineral muy versátil que ayuda a nuestros glóbulos blancos a producir citosina, un tipo de proteína que actúa en las interacciones de las células inflamatorias y de linfoides y que resulta beneficiosa para nuestro organismo.