Quien tiene bañera en casa seguro que tras un día de mucho estrés o lleno de preocupaciones alguna vez la ha llenado de agua y espuma y se ha metido dentro durante un largo rato para relajarse y salir como nuevo y con la mente mucho más despejada de como se entró. Hay baños sin agua que son igual de relajantes en los que no es necesaria ni una solo gota. Te hablamos de los baños de sonido, una tendencia cada vez más presente entre la sociedad capaz de crear un entorno de paz y tranquilidad que alivie los síntomas del estrés o de la ansiedad y, por ende, una mejor calidad de vida. Pero, ¿qué son y cómo se hacen esos baños de sonido?
Un baño de sonido es una experiencia auditiva en donde el oído es el principal sentido que transmite a todo el cuerpo las sensaciones que se perciben a través de él y entrar en procesos que podrían resultar terapéuticos para la mente y el cuerpo de quienes se exponen a estos baños tan singulares. Aunque se puede hacer sentado, lo más común es que esta practica se haga con las personas acostadas y una máscara para los ojos que consiga que se desconecte de lo que les rodea.
Cada sesión suele comenzar enfocada a la respiración, que una vez controlada ayuda a la relajación. Tras esta primera etapa, ya comienza el baño de sonido, sonidos que cambian con constancia y que pueden generarse con diferentes instrumentos, desde gongs o cuencos tibetanos hasta la propia voz. Estas sesiones son recurrentes en cualquier centro de meditación, pero si deseas disfrutarlas en casa, hay cientos de vídeos en Internet de baños de sonido para conseguir esa relajación desde tu propio salón.
Para comprender un poco más estas terapias, estos baños no son música, pues no hay un ritmo o una melodía que sí existe en las canciones que recurrentemente escuchamos. Por eso mismo estos sonidos no crean una reacción que sí se tendría con cualquier canción, lo que hace que cada persona consiga conectar de forma más profunda consigo mismo. A pesar de que pudiera parecerlo, los baños de sonido tampoco se consideran meditación, aunque sí que se pueden adquirir ciertos beneficios de esa práctica. Aún así, dado que el sonido es efímero, los baños de sonido permiten que se conecte con el presente y se consiga una atención plena en el aquí y ahora.
Tomar baños de sonido, además de para salir relajado de cada sesión, tiene múltiples beneficios para las personas que se exponen. Entre ellos, que ya te lo hemos mencionado, está la capacidad de reducir el estrés, la ansiedad e incluso podría llegar a influir de manera positiva en casos de depresión. La calma y la concentración lograda en casa sesión, aunque se desarrolle especialmente en ese momento, se suele extender más allá, por lo que es recurrente que uno de sus principales beneficios sea el conseguir un sueño mucho más reparador, ayudando a personas que puedan padecer insomnio.
También se le suele relacionar una mirada mucho más positiva, mejorando el estado de ánimo y un mayor optimismo en aquellas personas que lo practican. La relajación, una reducción considerable de las preocupaciones aprendiendo a focalizar y a ser productivo son otras de las mejoras que se pueden llegar a producir. Además, se han dado casos en los que esta técnica permite reducir el dolor crónico en algunas personas con patologías.
La ropa cómoda es más que necesaria para dejarse llevar en cada una de las sesiones sin ningún tipo de distracción. A través de sonidos provocados por instrumentos o por la propia voz se puede llegar a un punto de relajación y conexión espectacular que consigue liberar el estrés y la tensión en muchas personas, mejorando indudablemente su calidad de vida.