Quitar las anginas sin anestesia o vacunas con cicatriz: barbaridades médicas de la niñez que hoy serían impensables
La medicina es uno de los campos que más avanza a medida que pasan los años
Hablamos con uppers para que nos cuenten algunas de las cosas más surrealistas que han vivido a nivel médico
Algunas de ellas, a día de hoy, serían denunciables
Que la medicina es uno de los campos que más avanza a medida que pasan los años no es ninguna novedad. La labor de investigación es enorme y cada vez las técnicas son menos invasivas. En apenas 30 años, algunos métodos que se utilizaban antaño son impensables. Hablamos con varios Uppers para que nos cuenten algunas experiencias que si se las dicen a sus hijos les dejarían boquiabiertos.
La marca en el brazo, el símbolo de los nacidos en los 50
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La generación nacida durante los años 50, 60 y 70 fueron vacunados contra la tuberculosis, una infección que fue especialmente peligrosa y una de las diez principales causas de muerte en el mundo, según la OMS. Atacaba a los pulmones, provocaba tos severa, fiebre, debilidad, escalofríos… La vacuna supuso un antes y un después en el control de la patología y se estuvo suministrando en nuestro país hasta 1980, 1974 en Cataluña. Era por vía intradérmica y no intramuscular (como son ahora), lo que dejaba una marca importante en el brazo de los que la recibieron a modo de cicatriz.
En Europa Occidental ya no se pone, pero en países como Hungría, Letonia, Polonia y República Checa sigue siendo obligatoria. "Fue un trauma infantil, sin duda. Nos vacunaron en el colegio, cuando estábamos en parvulitos. Recuerdo perfectamente hacer la cola y cómo las monjas nos sujetaban el brazo mientras que con un apluma te raspaban y ponían la vacuna. Se nos quedaba una cicatriz enorme. Si ahora siguiesen poniéndose así las vacunas, no se las hubiera puesto a mis hijos", nos cuenta María de 66 años.
Extirpación de anginas sin anestesia, la pesadilla de los baby boomers
Algunos de los nacidos durante el baby boom de los años 70 recuerdan con horror cómo les quitaron las amígdalas. Sin anestesia, siendo niños y sin sus padres. Hasta hace unos años, y pese a que mejoró el sistema de extracción, esta operación era muy común, sin embargo, ahora se sabe que las anginas son muy importantes.
Forman parte junto con vegetaciones del sistema productor de defensas del organismo para combatir las infecciones respiratorias de las vías altas y por lo tanto solo se extirpan en contadas ocasiones. "…Cuando yo tenía 6 años, me quitaron las anginas sin anestesia mientras sostenía una bandeja metálica en la que las caían… y el método para curarse era comer helados”, cuenta en su Twitter Verónica Mellado.
Cesárea vertical en primerizas sin riesgo
Tres de cada diez partos en nuestro país se producen a través de cesárea. Una intervención que se lleva a cabo para sacar al feto en los casos en los que existe algún riesgo para la madre o el niño. En la actualidad, lo normal es que se realice una intervención horizontal en el útero ya que su cicatrización es la más resistente y la que menos fibras daña. Además, permite a la madre poder tener futuros partos naturales.
Sin embargo, hasta entrados los 80, algunos médicos realizaban cortes verticales sin ninguna razón que lo justificase (ahora solo se hacen en partos prematuros o cuando la placenta está situada en la parte inferior del útero).
"Mi parto era de alto riesgo y no estaba mi ginecólogo porque fue agosto y le pilló de vacaciones. Me atendió el parto un MIR y me hizo cesárea vertical ante la mirada asombrada de las enfermeras. Me rompió todos los tendones, se me infectó y pasé un mes en el hospital. Cuando me lo vio mi médico no ocultó su asombro y se disculpó. Si esto me pasa ahora, hubiese denunciado", asevera a Uppers Esther, de 65 años y madre de dos hijos.